¿𝘘𝘶𝘦́ 𝘱𝘰𝘥𝘳𝘪𝘢 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘳 𝘴𝘪 𝘣𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘤𝘤𝘪𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘵𝘦𝘴𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘯𝘪𝘯̃𝘰𝘴?
Ellie Evans, una joven de catorce, regresa a Canadá después de cinco años con su fami...
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——𝐇𝐀𝐘 𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐎𝐑𝐏𝐑𝐄𝐒𝐀 en casa ——anunció Walker, sonriendo a su celular y texteando algo. Ellie tuvo que intercalar miradas entre Leena y él para entender que se estaba refiriendo a ella.
Era un día normal, salían de la escuela juntos, agotados por la jordana y con una montaña de tarea.
——Que miedo ——se limitó a contestar.
La última vez que Walker le había dicho aquello había terminado casi muerta de un paro cardíaco por el susto que le había dado.
No esperaba que está vez sea diferente.
Los tres bajaron del auto de los Scobell, antes de que tanner y emma los dejaran sordos por reír y decir tantas tonterías en poco tiempo.
Ellie iba a entrar a su departamento cuando heather le dijo: "¿Por qué no almuerzas con nosotros hoy, cariño? Emma y Tanner se quedarán en tu casa".
La rubia no se atrevió ni a tocar el picaporte "en ese caso..." Sonrió fingiendo inocencia, Leena soltó una leve risa, mientras Heather le sacaba el seguro a la puerta de enfrente con la tarjeta.
Walker los seguía por detrás, al parecer, muy concentrado en una conversación. Ellas lo ignoraron.
Cuando Ellie entró en el apartamento de los Scobell, un característico aroma inundó su naríz. Le recordaba a tiempos pasados, de buenos momentos de su niñez y las vacaciones que solían pasar ambas familias. Puede que hacía bastante tiempo que no los veían, pero la relación seguía intacta. Le recordaba a aquella película de su infancia; Tinkerbell, cuando la hermana de hielo congelaba la flor y la mantenía intacta del frío durante la helada.
Sonrió. Tenía que volver a ver esa película cuánto antes.
Ellie dejó su celular en su bolsillo y su mente divagó a cómo su mamá y la de Walker habían sido compañeras desde siempre, y al tiempo que tuvieron novios, éstos se convirtieron en mejores amigos también.
Metas, pensó.
Leena despareció en el pasillo hacia su habitación y heather fue al baño luego de dejar las llaves y bolsas de compras sobre la mesa.
——Oye, la casa es exactamente igual a la tuya ——comentó Walker sonriendo con un dejo de burla, al verla disfrutando tanto lo que el ambiente le brindaba.
——Lo sé, tonto ——rodó los ojos ——Solo recordé algo.
——¿Qué cosa?
——No te importa.... ¿Cuál era esa sorpresa que mencionaste hoy?
——Si te lo dijera ——la tomo por el hombro para adentrarla al apartamento, la rubia sintió miedo ——no sería una....
Una voz gritando el nombre de la rubia lo interrumpió. De pronto, la figura de Madison Moon, su antigua compañera de escuela, corrió hacia ella y casi la volteó con un abrazo.
