Amigos

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¿A quien le gustaba levantarse temprano?, el odiaba levantarse temprano, eran vacaciones, se supone que puede dormir hasta tarde, pero no, su padre lo despertaba temprano para seguir con la rutina de todos los días y no se mal acostumbrara a despertar tarde, y tenía razón.

Su día empezó con su padre entrando a su cuarto como Juan por su casa, abrió las cortinas y casi gritando le dijo que se levantará por qué saldrían a correr, miro el reloj y eran las cinco de la mañana, que flojera, pero aún así se levantó y se vistió para salir con su padre.

Corrieron tres kilómetros hasta una tienda para comparar cosas que faltaban, y de regreso fueron otros tres, al llegar a casa su papá los esperaba con un rico desayuno.

-buenos días -saludaron ambos y Sergio les devolvió el saludo.

Eran una familia productiva, siempre había algo que hacer aún si era la más insignificante de las cosas.

Una vez terminado el desayuno fue a su habitación a bañarse y cambiarse, quería salir a despejarse un poco y conocer un poco de Londres, a decir verdad no le gustaba para nada pero tendría que acostumbrarse como siempre solía hacerlo. Termino de arreglarse y bajo yendo a la cocina donde, por desgracia, encontró a sus padres dándose amor.

-ahg, que asco -se tapo los ojos mientras se giraba para no ver tal escena, seguro tendría pesadillas-, voy a salir, regresaré para la cena.

-esta bien, tienes cuidado -hablo su papá.

Y así Lando salió huyendo de su casa, que horror, no se le olvidaría esa imagen de su cabeza durante unas horas.

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Camino un par de cuadras para tomar un autobús el cual lo dejaría frente al reloj Big Ben, se sentó en una banca mirando el gran reloj, no entendía como es que tanta gente admiraba ese tonto y jodido reloj, solo era eso, un reloj.

-es hermoso, ¿No lo crees? -una chica se había sentado a su lado, llevaba una playera negra de manga corta en conjunto con un pantalón blanco y unos tenis del mismo color, cabello castaño, era de piel un tanto morena.

-solo es un reloj -la chica lo miro, pero no de mala manera.

-bueno, cada quien tiene su forma de pensar -cualquiera en este mundo le habría dicho de todo menos eso-, soy Bianca Bustamante -la chica le ofreció la mano.

-Lando Verstappen Pérez -ignoro por completo la mano de la chica que la bajo al instante.

El silencio se formó entre ellos, Lando veía el estúpido reloj mientras Bianca analizaba a Lando, lo hacía como si este fuera alguien de otro mundo.

-no eres de por aquí -atino a decir la chica una vez lo descubrió.

-que novedad -ya cansado se paró de la banca y comenzó a caminar con las manos metidas en las bolsas del pantalón.

La chica no lo siguió, Lando agradeció a todos los dioses del mundo por ello, ya había empezado muy mal su día levantandose temprano en la mañana como para que una desconocida, de quién ahora sabía su nombre, lo molestará.

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Londres, Inglaterra, le había parecido, interesante, aunque juraba que todas esas antiguas casas se derrumbaría con el más mínimo temblor que ocurriera. Se veían desgastadas aunque no perdían ese toque elegante, pero que podía esperar, era Londres.

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Holap, hasta aquí el capítulo, se que es muy corto pero ando con muchas cosas y debo buscar en dónde hacer mis prácticas profesionales.

Disculpen si no es lo que esperaban. Y a la chica que me pidió actualización, espero que te guste.

Nos leemos luego.