Sonic, un ciego fanático del arte y la música. Tiene el pensamiento de que es lo más bello y puro que puede haber.
Shadow, un compositor y cantante, violinista además. Que basa muchas de sus canciones en lo que siente. No ha escrito por un largo ra...
Shadow apenas llegó a su departamento y su teléfono se conectó a internet, comenzó a sonar repetidamente. El "ding" de sus mensajes hicieron que sus orejas crisparan un poco. Sorprendido por todos los mensajes directos que le llegaban.
Suspiro, un tanto agitado. Fue al baño, lavó sus manos y empapó su cara con el agua fría. Se miró al espejo, fue un día de locos. Pero aún con eso, sentía algo en su pecho. Una sensación tranquila, se sentía feliz. Apesar de lo que había pasado hace unas horas.
Se separó del lavabo y fue de nuevo a su habitación, se recostó en la cama y empezó a leer las notificaciones de su teléfono.
"El artista Shadow, ¿amigo de un ciego?" Entrecerró sus ojos, ¿Por qué a la a gente le sorprendía tanto que fuera amigo de un ciego? "¿Amigo o amante?" Esto si que lo hizo reír y bastante fuerte.
¿El y Sonic? Por favor, apenas lo había conocido ese día.
La gente está loca.
Recordó el papel con el número del azulado, buscó en su bolsillo y desdobló aquel trozo blanco. Vio los números escritos por Sonic, su letra era algo desastrosa pero se comprendía lo escrito.
Siguió observando unos minutos más antes de por fin anotar el teléfono celular de Sonic en el suyo y mandar un mensaje.
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Sonrió, colocó musica para conciliar el sueño. No duerme bien estos días. _
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El sonido del timbre lo remueve de sus sábanas, mira el reloj de la pared. 7:40 am.
Gruñó, era demasiado temprano. No pensaba abrir, quién sea que fuera se quedaría en el pasillo.
Su cara se estampó contra la almohada de nuevo, justo cuando ya estaba reconciliando el sueño escucho las llaves abrir la puerta principal. Solo habían dos personas que tenían su llave, María y...
Rouge.
-Buenos días dormilón- su voz familiar y afectuosa lleno el silencioso departamento.
-Mhm- murmuró él pelinegro aún con la cara sobre la almohada.
-Pensé que ya estabas despierto. - recalca mientras deja algo sobre una mesita en la sala. -Normalmente a estas horas ya estarías despierto- prosiguió.
El chico la escuchaba, es cierto. Antes ya hubiera estado tan activo con una taza de café en la mano, escribiendo o hablando con Loock sobre sus siguientes colaboraciones o conciertos. En cambio, últimamente se levantaba casi a las 12 de la tarde y cuando se despertaba sentía que no había dormido lo suficiente. En fin.