Un pensamiento

5 1 0
                                    

Las semanas comenzaron a pasar, yo aún no me encontraba en la ciudad como para tener una cita, así que solo nos limitábamos a llamadas y a escribirnos a cada hora.

Me gustaba tu intensidad, siempre tenías tiempo para mi, para responderme. Me duele el pecho cuando me acuerdo de lo bonito que me querías.

Anhelaba verte y le pedía a Dios tener la oportunidad de besarte, de abrazarte.

Me gustas tú, no me costó darme cuenta de eso, me conocía a mi misma en ese aspecto, y aún recuerdo la noche en la que noté que me gustabas, había terminado de hablar contigo, y yo tenía una sonrisa en mi casa y una felicidad inmensa, ese día estuve más alegre que nunca, me costó dormir, lo único que hacía era pensar en tí.

Aún pienso en ti, dime ¿tú también piensas en mí?

Mis tardes de verano se basaban en pasar tiempo contigo, ya sea jugando, o viendo alguna película juntos, era bonito. En una de esas tardes yo pensé y traté de imaginar lo que me dolería cuando ya no fuera así, sin duda el dolor fue aún peor de lo que pude haber imaginado.

¿A ti te dolió?

Quisiera saber si tu también lloraste, si también te sentiste culpable, si también te arrepentiste de las cosas que dijiste, que nos dijimos, si te arrepientes de esa conversación final.

Mi último amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora