Capítulo 4. Una Alfa Normal

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Mirando hacia atrás para verificar que no la estuviera siguiendo aquella Alfa, pudo estar tranquila al corroborar que estaba fuera de peligro. Nayeon caminó hacia su salón notando que ya algunos estaban en sus respectivos asiento, ella se colocó en su lugar como siempre, en la fila del medio y en una esquina.

Todavía podía recordar la manera en que estaba tranquilamente haciendo su tarea y de repente aquella loca se acerca más de lo debido a olfatear su aroma. Su loba interior se sintió tan inquieta que Nayeon lo tomó como una señal para irse.

— Bueno chicos, antes de comenzar la clase vamos a conocer a su nueva compañera que se nos acaba de unir. — El profesor dice y ya Nayeon tiene una idea de quién puede ser.

Por supuesto que había oído de la Alfa "especial", claro, si Sana se la mantenía hablando y hablando de ella. Que esto, que aquello, si, ya su cabeza lo había analizado todo.

— Por favor, sean amables con ella y denles la bienvenida. — "Bienvenida innecesaria" pensó Nayeon. — Alumnos, les presento a su compañera Myoui Mina.

"Espera... ¿La Alfa del patio cómo dijo que se llamaba?"

Y cuando Nayeon pensaba todo rastro de duda o curiosidad se fue cuando por la puerta entró la misma Alfa que la había incomodado hace unos minutos. Hasta parecía jadeante, seguro había corrido al salón, posiblemente evitando llegar tarde.

Tampoco se hicieron esperar los aplausos y los gritos de locos en el salón. Gritos que el profesor tuvo que callar.

— ¿Quiere decir algo antes de tomar asiento, Myoui? — El profesor preguntó.

Mina escaneó el salón antes de que sus ojos visualizaran nuevamente a la linda omega del jardín, y por unos segundos sus miradas quedaron conectadas, aunque la omega rompió el contacto visual, lástima, Mina quería seguir viendo esos orbes avellana.

La voz del profesor la sacó de su ligero viaje astral del planeta de Veranusomega. Quién sabe si existe ese planeta. Pero la imaginación de Mina fue a crear un planeta lleno de agua, flores silvestres y con arena preciosa con destellos brillantes.

— Eh... — El suave murmullo de la Alfa se escuchó un poco por el salón. Todos miraron como la pelinegra señalaba hacia la fila del medio, justo a la Omega con rostro juvenil y aroma tropical. — ¿P-Puedo sentarme con ella?

Nayeon sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda al escuchar aquella pregunta. Como también sentía la mirada de Sana y medio salón en su espalda.

— ¿Im? — El profesor la llamó. — ¿Qué dice?

La Omega se vio en un pequeño dilema pero luego de pensarlo solo se subió de hombros.

— Gracias... Con permiso... —  Nuevamente la voz aterciopelada de Mina se escuchó llamando la atención de todos y robando suspiros a su paso. La Nipona tomó asiento al lado de la castaña que tenía su mirada enterrada en el libro que estaba leyendo. — Hola... — Susurró con timidez.

Nayeon soltó un pequeño suspiro y alzando la cabeza miró a la Alfa que tenía las mejillas rojas de manera inconsciente.

— Hola. — Fue lo único que salió de sus labios para volver a concentrarse en el libro.

— S-Soy Mina...

— Ya lo sé.

— Si, pero... No me presenté como era debido. — Mirando el perfil de la Omega, Mina se reprendió al dejar verse como una acosadora, más notando lo incómoda que se veía la otra. — L-Lo siento, no suelo ser así.

— Descuida. — Mina sonrió mucho.

— Eres muy atenta. — Musitó para sí misma.

Nayeon asintió con los labios apretados, ahora fue su turno el de detallar a la Alfa a su lado. Alta, piel pálida, cabello largo negro con algunos mechones blancos, tal vez extensiones, nariz perfilada, y labios pequeños. Su aroma era algo raro para ella, es decir, muy poco usual, pero lo pudo distinguir; invierno y manzanilla.

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⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

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