DEMENTORES

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CAPÍTULO 6
Por lo visto todo los vagones del tren estaban totalmente llenos, excepto uno  en el cual estaba un adulto cubierto con una capa vieja y parecía estar en un profundo sueño, pero no teníamos más opción que sentarnos en ese lugar, por lo que lo hicimos de todas formas.

—Tenemos que contarles algo —dijo Harry entre dientes a Ron y Hermione en cuanto el tren cogió velocidad.
— esta bien pero quién será el— pregunta Ron señalando al que estaba dormido a un lado
— Es el profesor R.J Lupin— dijo Hermione tomando asiento a su lado
— Cómo lo sabes y porque lo sabes todo— le dice Ron
— No seas tonto Ron lo dice en su maleta— dije tomando asiento a su lado
—Me pregunto qué enseñará —dijo Ron frunciendo el entrecejo y mirando al profesor
— Es obvio que enseñará defensa contra las artes oscuras es la única vacante libre— dije
—Bueno, espero que no sea como los anteriores —dijo Ron no muy convencido—. No parece capaz de sobrevivir a un maleficio hecho como Dios manda. Pero bueno, ¿qué nos ibas a contar? Harry.—

Harry comenzó el relato de lo que habíamos escuchado sobre la conversación de los señores Weasley, y como todo se relacionaba con SIrius Black, además que nos habían advertido que no podíamos ir a buscarlo, aunque el me incluía, casi toda la conversación del señor Weasley iba dirigida básicamente a Harry por lo que realmente me preocupaba, porque él no era la persona más cuidadosa, al contrario era muy imprudente e impulsivo. 

—¡Qué tonto tendría que ser Harry para ir detrás de un loco que quiere matarlo! —exclamó Ron, temblando.
—Bueno eso es exactamente lo que me preocupa— dije aunque solo me vieron y siguieron con la conversación
—Nadie sabe cómo se ha escapado de Azkaban —dijo Ron, incómodo—. Es el primero. Y estaba en régimen de alta seguridad.
—Pero lo atraparán, ¿a que sí? —dijo Hermione convencida—. Bueno, están buscándolo también todos los muggles... 

en ese momento se escucho un ruido dentro del baúl de Harry por lo que fue a ver, era el chivatoscopio que le había regalado Ron por su cumpleaños, hacía demasiado ruido que me preocupaba que el profesor se despertara, sin embargo ni se inmuto y solo se dio la vuelta para seguir durmiendo, Ron dijo que como era barato probablemente estaría roto pero que lo llevamos a reparación cuando visitemos Hogsmeade.

— Ya nos contarán cómo es cuando regresen— dijo Harry con un semblante triste y de enojo
— Aque te refieres— pregunta rápidamente Ron
— Ya saben como son nuestros tíos simplemente decidieron no firmar nuestro permiso, ya saben el problema que causamos en casa, se lo mencionamos a Fudge, pero nos dijo que no podía firmarlos, así que no tenemos otra opción más que quedarnos en el castillo.
—no puede ser que ustedes no vengan, podemos decirle a la profesora McGonagall ella les firmara el permiso…o podemos preguntarle a Fred y George ellos deben conocer alguna salida—
—Ron es para mejor que no vayan, ya sabes por todo lo que está pasando— dijo Hermione algo preocupada
—Pero si nosotros estamos con ellos..—
— Ron no digas tonterías, si pudo hacerles daño a brujos más capacitados puede que si solo estamos nosotros tampoco importe mucho, Hermione tiene razón es mejor quedarnos en el castillo—

Luego hubo un pequeño estruendo y Ron gritó que quiten al gato que había saltado justamente al bolsillo donde estaba escondido Scabers la rata de Ron. Todo se tranquilizo un poco cuando llegó la señora del carrito de dulces donde pudimos comprar varias cosas, y aunque intentamos despertar al profesor para ver si quería algo no lo logramos así que la señora solo siguió su camino.

—Que bueno que para variar Malfoy y sus amigos no esten molestando a todo el mundo— dijo Ron con desdén
—Ya espero que al menos dejen de ser como animales todos ustedes— dije con mi libro que había estado leyendo
— No Alya este curso no le dejaré pasar nada, cualquier comentario, ya vera que le hare—
—Vale, mejor dejalo Ron y cuidado con lo que dices— dije señalando al profesor Lupin

Justo ese momento el tren hizo un sonido y empezó a bajar la velocidad, como si se estuviera deteniendo, pero se me hacía muy extraño ya que faltaba como media hora para llegar.

—Debemos de estar llegando —dijo Ron, inclinándose hacia delante para mirar a través del reflejo del profesor Lupin por la ventanilla, ahora completamente negra. pareciendo no darse cuenta de nada— Estupendo —dijo Ron, levantándose y yendo con cuidado hacia el otro lado del profesor Lupin, para ver algo fuera del tren—. Me muero de hambre. Tengo ganas de que empiece el banquete... 
—no podemos haber llegado aún— dijo Hermione mirando su reloj
—Entonces, ¿por qué nos detenemos?—

Harry, que era el que estaba más cerca de la puerta, se levantó para mirar por el pasillo. Por todo el vagón se asomaban cabezas curiosas. El tren se paró con una sacudida, y distintos golpes testimoniaron que algunos baúles se habían caído de los portaequipajes. A continuación, sin previo aviso, se apagaron todas las luces y quedaron sumidos en una oscuridad total.

— Qué está pasando— dije con un poco de miedo y dejando el libro a un lado
—¿Habremos tenido una avería?— dijo Harry un poco preocupado

Se oyó el sonido que produce la mano frotando un cristal mojado, y Harry vio la silueta negra y borrosa de Ron, que limpiaba el cristal y miraba fuera.

—Algo pasa ahí fuera —dijo Ron—. Creo que está subiendo gente...

La puerta del compartimento se abrió de repente y alguien cayó sobre las piernas de Harry, haciéndole daño. Era un Neville asustado que no sabia que pasaba, después de un rato de buscar en donde sentarse, entró Ginny de la misma manera, en el compartimento se formó todo un revoltijo, fue tanto el escándalo que el profesor se había despertado.

—¡Silencio! —dijo de repente una voz ronca perteneciente al profesor

todo se torno en un gran silencio, pero sentíamos que algo se acercaba de pie, en el umbral, iluminado por las llamas que tenía Lupin en la mano, había una figura cubierta con capa y que llegaba hasta el techo. Tenía la cara completamente oculta por una capucha.  miré hacia abajo y lo que vi fue algo que casi me hace vomitar. De la capa surgía una mano gris, viscosa y con pústulas. Como algo que estuviera muerto y se hubiera corrompido bajo el agua... 

no le tomó mucho tiempo abrir el compartimento, parecía que nos miraba pero en realidad no tenía ojos, eso hasta que se detuvo en Harry, yo podía sentir como me debilitaba, como si no pudiera sentir más que tristeza, caí en el asiento pero seguía conciente, vi como Harry cayó, y fue el momento en el que escuche un grito que me hizo estremecer, cerré los ojos y escuche que el profesor Lupin murmuró algo, la cosa se fue y pude volver a abrir los ojos.

el mismo momento que recupere un poco de mi fuerza me lancé a donde estaba Harry se había desmayado y no reaccionaba, después de un momento intentándolo se despertó.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Ron, asustado. Mientras yo lo ayudaba a levantarse y lo guiaba al asiento del que había caído
—Sí —dijo Harry, mirando a todos lados como desubicado de donde se encontraba—. ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde está ese... ese ser? ¿Quién gritaba?
—No gritaba nadie —respondió Ron, aún más asustado. Neville y Ginny estaban de lo mas pálidos y  temblaban en sus asientos.

—pero he oído gritos, que hay de ti Alya ¿No te desmayaste? ¿No oíste los gritos?— dijo un poco alterado
— No me he desmayado pero sí he oído un grito, de una mujer como si pidiera ayuda, pero era lejano— dije a lo que todos se quedaron en silencio, eso hasta que recordamos la presencia del profesor Lupin.
—Toma —le dijo a Harry, entregando un trozo especialmente grande—. Cómetelo. Te ayudará. Luego nos repartió un poco a cada uno.
—Profesor puedo preguntar qué era ese ser, nunca habia escuchado de algo igual— dije y detuvo un momento su mirada en mi
—Un dementor, Alya  —respondió Lupin, como si me conociera de toda la vida—. Era uno de los dementores de Azkaban.— coman el chocolate se sentirán mucho mejor, si me disculpan iré a hablar con el maquinista

—¿Seguro que estás bien, Harry? —preguntó Hermione con preocupación, mirando a Harry —No entiendo... ¿Qué ha sucedido? —preguntó Harry, secándose el sudor de la cara. le explicamos despacio lo que había sucedido y cómo ese ser había desaparecido.
— Será mejor que te comas ese chocolate Harry no creo que el profesor lo haya envenenada, además llegaremos en diez minutos debemos estar listos para entonces— dije y como había dicho en diez minutos estábamos en la estación de Hogsmeade, escuchamos a Hagrid pero por la cantidad de estudiantes nos vimos obligados a seguir nuestro camino
Nos subimos al carruaje y poco después llegamos al castillo en el cual la profesora McGonagall nos esperaba en la puerta.

—¡Potter, Granger, quiero hablar con vosotros!— dijo la profesora y los dos regresamos a ver— sólo con Harry Potter— dijo al ver que yo me disponía a ir. Vi que los dos entraban a su oficina y me preguntaba por que a mi no me habían llamado.
—Vamos Alya creo que pronto será la selección— dijo Ron, pero no acabó la frase y Draco apareció en nuestro camino— qué quieres Malfoy— dijo Ron dando un paso adelante
—Retirate Weasley, no quiero hablar con comadrejas— dijo y me vio
—Ron, no te preocupes estaré en un momento ahí— dije a lo que me vio con desconfianza pero se fue

—Alya no sabes lo preocupado que estaba— dijo  dándome un abrazo a lo que me quede inmovil— me dijeron que Potter se había desmayado pero no sabía a cual se refiere así que te busque por todos lados—
—No te preocupes, estoy bien esos seres son realmente detestables—
—si algo habia escuchado, es bueno que estés bien— dijo pero una voz nos interrumpió
—Alya que haces con esta serpiente— dijo Harry
— solo estábamos hablando Harry—
—Ah Potter ¿te desmayaste? ¿En serio te asusta tanto el viejo dementor?— dijo con tono de burla
— Alejate de mi hermana Malfoy, y dejanos en paz— dijo Harry acercándose
—Basta los dos, mejor entremos al salón, ahí viene Hermione, nos perderemos el banquete, vamos, y nos vemos despues— dije despidiendome de Draco, a lo que solo asintió y entró al Gran Comedor

—¡Bienvenidos! —dijo Dumbledore, con la luz de la vela reflejándose en su barba—. ¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que deciros a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete os deje aturdidos. —Dumbledore se aclaró la garganta y continuó—: Como todos sabéis después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia. —Se hizo una pausa y Harry recordó que el señor Weasley había dicho sobre que a Dumbledore no le agradaba que los dementores custodiarán el colegio—. Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio —continuó Dumbledore—, y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas invisibles — añadió como quien no quiere la cosa, y Harry y Ron se miraron—. No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, os advierto a todos y cada uno de vosotros que no debéis darles ningún motivo para que os hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores. —Por hablar de algo más alegre —continuó—, este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras. 

— Pues al profesor Snape no se le ve tan contento con el nuevo profesor— dije notando su cara de odio.
— Tiene la misma cara que cuando me ve a mi— dijo Harry
— Bueno no es un secreto para nadie que él quiere el puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras—
—En cuanto al otro último nombramiento —prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin—, siento deciros que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiró al final del pasado curso para poder aprovechar en la intimidad los miembros que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo ocupará nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques.

Todos nos sumimos en grandes aplausos y Ron mencionó que nadie más que él nos había hecho comprar libros que muerden. Luego de esa calurosa bienvenida, al fin pudimos disfrutar de la comida hasta que quedamos satisfechos, sin más y cansados de tanto ajetreo subimos hacia nuestra sala común en la que al fin pudimos descansar, ya que mañana empezábamos con nuestras clases.

             "C.B"

Deseos del corazón 3 | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora