El viernes llegó más rápido de lo esperado. Todas las familias ya estaban reunidas en la iglesia para el funeral del entrenador Jules.
-Ahora, traten de actuar con normalidad - pidió Sergio mientras estacionaba el auto y se quitaba los lentes, gesto que todos imitaron.
-¿Qué pasa con los lentes? - preguntó Max mirándolo.
-Oh, no quiero darles una razón para que me llamen... - empezó a decir Sergio, pero fue interrumpido por un hombre de tez morena.
-¡Hola, Hollywood! - gritó el hombre acercándose al auto.
Sergio sonrió emocionado mientras bajaba del auto junto a toda su familia. Al llegar junto al hombre, lo abrazó con entusiasmo.
-¡Qué tal! - saludó Sergio. - ¡Si es el mismísimo Lewis Hamilton y todo el clan Rosberg!
Hola Sergio - respondió Nico con una sonrisa en el rostro.
-Nico, te ves radiante - dijo el mexicano, dejando un beso en su mejilla. - Mi esposo está por ahí, ve a saludarlo.
El hombre asintió mientras caminaba en dirección a donde Max estaba ayudando a Yuki a acomodarse el esmoquin.
-Max, un gusto, soy Nico, el esposo de Lewis no sé si me recuerdas, estuve en tu boda y baile sobre la mesa toda la noche.- se presentó el alemán estrechándole la mano al neerlandés.
-¡Desde luego! Nico, el gusto es mío, por cierto él es Yuki, mi hijo pequeño.- presentó el neerlandés de igual manera.
Nico sonrió chocando el puño con el pequeño Yuki, quien había dejado su teléfono de lado por orden de su padre.
-La última vez que los ví, Yuki ni siquiera existía.- bromeó Nico haciendo reír a Max.
-A Sergio le gusta aprovechar el tiempo libre.- murmuro con una mueca en el rostro.- por cierto, estás radiante, luces hermoso con tu embarazo.
-¿De qué rayos estás hablando?.- preguntó Nico con expresión seria y Max en ese momento deseo que la tierra se lo tragara.- Ja!, es broma, debiste ver tu cara.- imitó el rostro de Max.
Max comenzó a reír incómodo mientras imploraba porque la misa comenzará.
Por otro lado Lewis y Sergio se encontraban poniéndose al día respecto a sus trabajos y cosas que habían pasado en sus vidas, ambos estaban en su mundo que no se dieron cuenta cuando Carlos quien había llegado no hace mucho se les acercó.
-¡Hollywood!.- gritó el hombre haciendo que Sergio se volteara emocionado y lo abrazara.
-Mierda Sainz, te extrañé mucho pendejo.- murmuró separándose del abrazo dejando que Lewis y Carlos se saludaran.
-¿Faltan Bottas y Lance, no?.- preguntó Carlos.
-Bottas ha de andar besándose con alguna chica de por ahí, o con la prima o hermana del entrenador.- respondió Lewis haciendo reír a los dos hispanohablantes.- y Lance lo más seguro es que venga con su esposo, sabían que se casó con un viejito de ochenta años?.
-Es mi cuñado idiota, y no tiene ochenta, tiene 42 años.- Sergio murmuró.
-Y Lance cuántos tiene?, 25, no?.- preguntó recibiendo un asentimiento como respuesta.- Quién diría que el más joven de nosotros terminaría saliendo con el abuelo de alguien.- volvió a bromear Hamilton mientras Sergio y Carlos se reían a carcajadas.
-Creí que Lance sería el único hetero del grupo.- comentó Carlos.
-Ni eso, desde chiquito se le veía, mis papás se decepcionaron más cuando supieron que yo era gay, dicen que me veía más hetero que todos ustedes.
-Por favor Sergio, si se te volteaba la tortilla cuando veías a el papá de mi esposo.- le recordó Lewis.
-Cierto, recuerdo que estaba sumamente enamorado de Toto.- Carlos no pudo evitar burlarse mientras Sergio negaba en desacuerdo, pero eran dos contra uno.
-Miren atrás de ustedes discretamente, viene hacia nosotros Lance junto a mi cuñado.- Sergio les dijo, pero los otros dos no eran para nada discretos y voltearon la cabeza tanto como pudieron.- les dije que discretamente.- reprochó el mexicano.
-¡Chicos!, tanto tiempo.- Lance saludo dándoles un beso en la mejilla a cada uno de los tres.- Checo hermano.- saludo.- miren, este es mi esposo Fernando Alonso.- presento.
-Alonso, un gusto, soy Lewis Hamilton.- el británico estrecho la mano del español.
-El gusto es mío, Carlos, Sergio, hola.- saludo a los otros dos hispanohablantes.
-¿Conoces a Carlos?.- preguntó Lance.
-Si, una vez me lo encontré en un bar junto a tu hermano.- dijo a lo que Lance asintió tomando de la mano a su esposo.
-¿Bottas dónde está?.- preguntó de nueva cuenta Lance sin soltar la mano de Alonso.
-No sabemos, siempre llega a lo último.- Lewis recordó.
Después de eso todos quedaron en un silencio incómodo pues no tenían tema de conversación, bueno no al menos Lance y Fernando.
-Y miren que linda pareja hacen, son como, barbie.- Checo dijo señalando a Lance.- y.. el abuelo de Ken.- bromeó dándole un amistoso golpe en el pecho a Alonso.
Lance lo miró mal mientras Carlos trataba de aguantarse la risa, pero al ver la cara de Lewis y de Checo, quienes parecían estreñidos debido a que igual estaban tratando de no reírse, no pudo contenerse y comenzó a reír fuertemente dejando el ambiente tenso.
-Bueno chicos, debo ir a hablar con la viuda, ya que cantaré algo dedicado al entrenador.- se despidió Lance de mala gana llevándose con él a Fernando quien les sonrió amablemente.
-El viejito sí que es buena onda.- comentó Carlos sin dejar de ver como la pareja se dirigía a toda prisa a dentro de la iglesia.- Aunque todavía no comprendo porque tu hermano no sale con alguien de su edad.
-Bueno, Fernando es el único que soporta sus lujos y berrinches.- respondió el mexicano.- es como papá.
-Ni que lo digan, ahora Lance nos odia a muerte.- murmuró Lewis mientras ponía sus brazos en el hombro de cada uno de los dos y comenzaban a caminar hacia donde estaban sus esposos.
Iban entretenidos riéndose de una manera para nada discreta de la gente que estaba ahí, hasta que vieron a un güero con gorra y vistiendo como persona de la calle.
-¿Ese de ahí es Bottas?.- Sergio preguntó mientras se acercaban a la persona.
-Diablos, a él fue al único que la pubertad no le pegó, se ve más enano.- bromeó Carlos.
-¡Valtteri Viktor Bottas!.- gritó Lewis asustando al finlandés quien no puedo evitar gritar.
-¡Idiotas!, maduren por favor.- pidió el finlandés.- hola chicos, los extrañé.
Los cuatro se saludaron y abrazaron mientras eran observados por sus esposos quienes estaban felices de que se reencontrarán.