Prologo

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Jungkook - 2013

Brid se acuclilló y arrancó una flor violeta de la orilla del río Land. Su sonrisa de perfil me produjo un gran vuelco al corazón, además de aparecer un nudo en mi pecho al recordar lo que había escuchado el día anterior en su casa. Si dejaba que los recuerdos invadieran mí mente, mi garganta se secaría y no podría hablar con ella como lo había planeado.

Se levantó con la flor entre sus manos y me miró. La ternura en su mirada hizo que un escalofrío recorriera mi columna. No esperaba lo que yo tenía para decirle, ni siquiera se imaginaba que nuestra amistad iba a tener un punto final.

- ¿No es hermosa? – preguntó con una gran sonrisa en su rostro. Tan hermosa como ella – Me gusta la primavera por eso. ¿A vos no?

- Sinceramente, prefiero el otoño, lo sabes Brid – elevó aún más las comisuras de sus labios y se acercó a la orilla nuevamente para dejar la flor sobre el agua así la corriente se la llevaba.

- Estás preocupado, Kook – soltó sin quitar su mirada de la flor que se alejaba.

Volví a tragar con fuerza, me conocía de pies a cabeza, sabía hasta lo más mínimo de mí y no podía evitar sentir que algo no andaba bien.

– Lo sé porque nos conocemos desde que tenemos cinco años, es imposible no darme cuenta cuando estás o no preocupado por algo – volvió a pararse y se dirigió hacia a mí. El color gris de sus ojos se oscureció - ¿Pasa algo? – puso los ojos oblicuos cuando el sol golpeó en ellos.

No encontraba las palabras adecuadas para el momento. Mi cabeza era una sopa de letras que no paraba de dar vueltas buscando lo correcto. 

- Yo... - titubeé. Ella rio y ladeó la cabeza de un lado a otro. Ni siquiera mostró una pizca de desconcierto por cómo me encontraba.

- Vamos, Kook. Hay suficiente confianza para que me digas cualquier cosa.

- ¿Hasta para decirnos algo que nos pueda doler? – frunció el entrecejo y volvió a mí. Era el pie para que pudiera alejarme de ella después de todo lo que había escuchado de sus padres la noche anterior. Ella no volvería y aún no lo sabía. 

- ¿Qué puede doler? – inquirió curiosa, pero no notaba decepción o frustración en su voz, no todavía. Solamente una pizca de curiosidad.

- Nuestra amistad, tal vez – puso los ojos en blanco. Ese desconcierto me estaba matando por dentro – Lo siento.

- ¿Por qué? No estaríamos en la misma sintonía – solté un suspiro y agaché la cabeza. Miré mis pies sobre el césped. Ojalá todo fuera tan fácil como el crecimiento de las hojas – Kook, ¿Qué pasa? – su voz sonó más firme, pese a decirlo prácticamente entre dientes.

- No puedo – solté con un hilo de voz y di media vuelta para dejar a Brid a atrás.

- Hey, hey, hey – corrió con velocidad, me rodeó y se paró frente a mí – Usted no se va a ningún lado, señorito – apoyó el dedo índice en mi pecho y me dio golpecitos por cada palabra que pronunciaba – Usted me va a decir que le pasa y no se va a ir hasta que me diga todo.

Levanté la mirada, pero no hacia ella. Del otro lado del río, lejos de la orilla, unos chicos pasaron corriendo detrás de una pelota. Disfruté del aire templado que golpeó mi rostro en ese instante, el mismo que me dio un empujón para que cayera al precipicio de la amistad.

- Tengo que alejarme, Brid – el silencio nos rodeó. Entendí que ella no dijera nada, pues había tomado la decisión de un día para el otro y nunca había dado indicios de querer alejarme de ella, para nada.

Brid era todo lo que buscaba, todo lo que necesitaba, lo era todo para mí. Pero, su futuro estaba hecho y a mí nadie me incluía en él, solo yo y ella, tal vez. La miré, destilaba tanta sorpresa que hasta me llegó a doler el pecho otra vez. Relamí mis labios y los presioné.

– No puedo estar más al lado tuyo.

- Pero ¿Qué estás diciendo? Jungkook, ¿qué pasó? No me vas a dejar sin tu compañía ahora que las cosas se complican en la familia y demás. ¿Acaso hice algo para que dejemos de ser amigos? No sé, si hice algo, perdón, pero te pido que no te vayas – acuné su rostro entre mis manos e hice ruido con la boca para que callara. Una lágrima tocó mi pulgar. 

- Brid, Brid – repetí su nombre con ternura y por última vez – No lo hagas más difícil. No puedo darte explicaciones ahora, tal vez en un futuro, pero ahora no, ¿sí? – ella soltó un sollozo y posó su mano sobre la mía. Sentí su calor y estremecí – Me duele en el alma alejarme, pero no puedo seguir a tu lado – hacía fuerzas para no largar una lágrima y mostrarme fuerte ante ella. Miré sus labios finos, la situación ameritaba un beso, pero eso no iba a permitir que me alejara – Tengo que irme.

- ¡No! – exclamó con dolor. Tomó mis muñecas, las alejó y me abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en mi pecho – Necesito que me digas qué es lo que pasa para que te vayas. Si yo no hice nada, necesito que me expliques para no sentir este dolor.

- Dios, no lo hagas más difícil de lo que es – acaricié su cabello y ella me sostuvo más fuerte – Perdón – hice que me soltara de un solo movimiento y eché a correr sin ninguna dirección.

XXX

Brid

El oscuro paisaje pasaba por fuera de la ventana como si fuera una diapositiva. Apoyé mi cabeza en la ventana y largué un suspiro frustrante. ¿Qué es este dolor que siento? ¿Por qué Jungkook decidió alejarse así sin más? 

La noche, las estrellas y la maldita luna que iluminaba parte del campo exterior no ayudaban a que alejara los pensamientos sobre él y toda nuestra amistad. Maldito el momento que decidió irse sin previo aviso.

-Déjalo - volví a Yoongi que estaba sentado del otro lado del asiento trasero del auto - Es un imbécil y me extraña que no te hayas dado cuenta, Brid. 

-Yoongi, la boca - mamá lo miró por el espejo retrovisor antes de regresar sus ojos hacia la ruta - No lo escuches, hija. En algún momento las cosas se solucionarán, aún son muy chicos y tienen mucho que aprender. Tal vez quiere experimentar cosas nuevas.

-Lo hubiera pensado antes de lastimar a Brid - inquirió mi hermano y prendió un cigarrillo. 

-Yoongi no fumes dentro del auto.

-Oh querida, déjalo que experimente hacerse el rebelde todo el tiempo, es una etapa - nuestra abuela apoyó una mano sobre la rodilla de mamá y luego me miró por encima de su hombro - De seguro regresará, mi niña - dijo con un dulce tono y yo elevé las comisuras de mis labios - Jungkook no puede vivir sin mi pequeña mariquita. 

Fue lo último que dijo antes de que todo se volviera una escena de una película de terror. Un brusco desvío, el auto dando vueltas, los segundos se estiran en un eco eterno y la vida que se detiene en un suspiro.


Éxtasis en Dublín  [Jungkook +18] - Temporada 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora