Prologo

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—Velocidad... elegancia... poder...

   La joven respiró hondo aún con los ojos cerrados para no perder la concentración.

—Una ganadora... quince perdedoras...

   Movió su cuello hacía los lados para sentirse más liviana.

—Yo desayuno perdedoras...

  Estiró los brazos hacia atrás y e giró al escuchar pasos acercarse.

—¡May, Ya es hora!

—¡Voy!

   La joven se levantó de su asiento y comenzó a caminar en dirección a la pista de patinaje. El estadio comenzó a llenarse de aplausos, de gritos, de personas celebrando y el presentador habló por el micrófono.

—Damas, caballeros, niños, niñas, padre, abelos, la única, la inigualable, la estrellaaaaaa... ¡Lee, May!

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