Capítuo 1

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—¡Cuidado, Lindsay!

   La joven se agachó rápidamente para esquivar una pelota de tenis que se acercaba a gran velocidad a su cara. Giró al sentir que chocaba con ua pared y se acercaba a su pie.

—Deberías tener más cuidado —Lindsay recogió la pelota y la acercó a su amigo—. Podrías lastimar a alguien.

—Lo siento —agarró la pelota—. Buenos reflejos.

—Gracias.

—¿Has pensado en inscribirte en algún equipo este año?

—Seguiré con el patinaje por ahora.

—Pero no hay torneos intercolegiales de patinaje.

—No necesito un intercolegial de patinaje, Peter —la joven soltó una risa—. Debo irme, sino el maestro Yonks me torturará toda la hora.

—¡Suerte con eso! —la joven se alejó sin responderle— ¡Nos vemos en el almuerzo!

   Lindsay siguió avanzando por el patio del colegio llegando hasta el edificio.

—¿Dónde estabas?

—Me demoré al salir de casa, Anna.

—Sabes que el profesor...

—Sí, lo sé, no nos demoremos más.

   El timbre sonó mientras las jóvenes amigas entraban corriendo al curso para dar inicio a la jornada. El colegio Montpearl, en el frío país de Cattawa, era una institución que se caracterizaba por el alto nivel de atención que se brindaba a los alumnos, las excelentes notas que obtenían estos a nivel nacional y por el gran patio para prácticas de diversos deportes.

   Al concluir la tarde, los alumnos salieron con sus abrigos. Caminaron hasta las paradas de autobuses asignadas y muchos se despidieron para volver a verse recién al día siguiente.

—Buenas tardes —Saludó Lindsay al chofer.

   Este solo le devolvió un gesto con la cabeza, pero eso fue suficiente para ella y fue a sentarse al fondo esperando a que su mejor amigo llegara con ella.

—¿Qué tal tú día?

—Bien... aburrido... nada que aportar... ¿el tuyo?

—Hoy tuve entrenamiento doble, así que estoy feliz.

—Estás entrenando mucho últimamente.

—Me preparo para los juegos americanos.

—Son dentro de poco, ¿verdad? Unos días antes de los juegos olímpicos de invierno.

—Como unos tres meses antes...

   Ambos soltaron algunas risas. Peter miró los hoyuelos que se formaban en las mejillas de su mejor amiga, el mechoncito de cabello que en algún momento pretendió volverse flequillo y la forma en que su barbilla parecía...

—Tierra llamando a Peter... holaaaa.

—Estoy aquí, idiota —volvieron a reírse—. Solo pensaba en el equipo de Argenbia...

—¿Por?

—Es un buen equipo... El capitán de ellos es bastante bueno...

—Si van a ir a los americanos, me imagino que sí.

—Sí... solo... es extraño... no es como muy rápido, o fuerte...

—¿Es inteligente?

—Exacto.

—Es mi tipo de chico.

—Entonces cualquiera es tu tipo de chico.

—¿Por qué lo dices?

—Porque todos son más listos que tú.

—Oye.

   Lindsay golpeó el brazo de su amigo y volvieron a reír. Estuvieron hablando todo el viaje sobre temas variados hasta que finalmente llegaron hasta su destino y se bajaron. Caminaron un rato en silencio hasta que llegaron a la casa de ella.

—Te ira bien en el torneo...

—¿De verdad?

—Obvio, idiota —lo abrazó—. Sé que así será.

   Peter se sonrojó y cuando Lindsay quiso alejarse, él volvió a apretarla. Necesitaba un poco más de tiempo para que su enrojecimiento no se notara.

—Gracias...

—No hay de que... —estuvieron en silencio varios segundos— Ya puedes soltarme, mejor.

—Sí —Peter se separó de ella—. No quiero que te enamores de mí.

—Ya quisieras —volvieron a reírse—. Nos vemos mañana entonces.

—Nos vemos... mañana si vamos juntos.

—Sí, ¡ya que no entrenas! —ella se dirigió a su casa— ¡hasta mañana!

—hasta mañana, me... mejor...

   Peter se giró para cruzar la calle e ingresar a la casa del frente. La conocía desde que eran niños, pero no había tenido el valor de confesarle lo que sentía. ¿Miedo a arruinar todo? Seguro. Prefería sufrir su amor en silencio que estar en un mundo sin ella.

   ¿Pero por que me quedaría sin ella? es mi mejor amiga, encontraremos una solución...

   Giró su cabeza rápidamente antes de entrar en su casa. No quería seguir pensando en nada que tenga que ver con formalizar algo con Lindsay... o al menos no hoy.

—¡Mamá, ya llegué!

   Avanzó por el comedor pero no vio a nadie.

—¿Mamá?

—¡Estoy en el fondo!

   Lindsay miró el televisor encendido con una noticia que la dejó helada.

   "Gran torneo de patinaje sobre hielo en la ciudad"

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2024 ⏰

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