Cap 2

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—¿Y que tal tu cita con Ace?— preguntó Usopp, con una sonrisa pícara.

—¿De qué cita hablas?— respondió Sanji, frunciendo el ceño ante la confusión.

—Ayer fuiste a su casa, ¿no? Luffy me contó que Ace lo llamó emocionado porque ibas a ir a su casa.

—Solo le preparé la cena.

—Te dije que consiguieras a alguien, ¿pero Ace?

—Él es el que se acerca. Esto es muy difícil, estar soltero a tus 21. Quiero estar con una mujer, pero puros hombres me encuentro. No se vale, todos tienen pareja menos yo...

—Si atraes más a los hombres, ¿por qué no lo intentas con alguno? Quizá te guste— lo dijo un poco burlándose.

—Callate, no soy gay.

—Pero inténtalo, si no te gusta lo dejas y continúas con tu vida intentando conquistar mujeres— insistió Usopp.

—Jódete— respondió Sanji, levantándose bruscamente —Solo haces que me moleste.

Salió de la cafetería donde se había reunido con Usopp y se dirigió directamente a su casa. Al llegar, como de costumbre, tiró sus cosas al suelo y se dejó caer pesadamente sobre su sillón.

Esta vez no fue diferente, pero no podía quitarse de la mente lo que le dijo Usopp. Tal vez debería intentarlo. Hasta ahora, él no había experimentado el amor de una pareja ni la intimidad sexual, y le molestaba que sus amigos le contaran sobre sus citas o parejas que tenían.

Después de tanto pensarlo, se decidió. No perdía nada intentándolo, pero lo haría lejos y en secreto. ¿Y qué lugar mejor que un bar gay?

En cambio la situación de Zoro no era muy diferente, solo que él no quiere a nadie a su lado, pero su familia lo presiona para que salga con alguien y pueda heredar la empresa de su padre.

A donde quiera que vaya, siempre le preguntan si tiene esposa o hijos. Por eso, prefiere quedarse en su gimnasio personal, donde no hay nadie que lo moleste.

Pero un mensaje le terminaría arruinando su paz «¿Quién es?» Encendió su celular y vio que Perona le envío algunos mensajes: "¿Sigues soltero aún? ¡Debería empezar a preocuparme por ti! Ya sabes, antes de que tus mejores años se esfumen. Quizás deberías
pedirme algunos concejos para conseguirte una novia aunque no creo que te aguante, jaja."

Zoro ya estaba harto y sabía, muy en el fondo, pero muy en el fondo que Perona no lo decía para molestarlo, o tal vez un poco, pero lo hacía con buena intención. Además, ella no era la única que le decía eso, sino que varios de sus amigos le preguntaban por qué seguía soltero a sus 25 años.

Pero aunque no quisiera, sabía que debía conseguir una pareja antes de fin de año y no tenía mucho tiempo. Solo le quedaban 5 meses para lograrlo.

Lanzó su celular y siguió haciendo ejercicio, pero escuchó que alguien entraba a su casa y fue a ver, y como se lo esperaba, era Hiyori.

—¿Qué te dije de que no entres sin mi permiso?

—¿Zoro? Pensé que no estabas, quería darte una sorpresa.

Zoro suspiró, pero notó que Hiyori estaba vestida de manera diferente: una falda corta, tacones y... estaba sin sostén.

—¿Y de que trataba la sorpresa?

—Pues...

Zoro desvío su mirada —Estoy ocupado, vete y deja la llave.

—Pero...

——————

Al anochecer, Sanji no podía creer lo que iba a hacer «¿En serio voy a hacer esto? ¡No dudes! No seas un cobarde. Solo inténtalo, si sale mal, nadie lo sabrá»

Un giro inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora