2. Bye, home

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Conocía las playas de Driftmark, lo que desconocía era la tristeza.

Se observaba una gran cantidad de personas escuchando las palabras de Vaemond Velaryon, todas con una expresión desolada. Su madre rodeaba a sus cuatro hijos con sus brazos, al levantar la mirada a un lado estaba su padre, quien lloraba su pérdida.

Aemma no había derramado ni una lágrima en el velorio, había gastado todas la noche anterior.

«Del océano venimos, al océano regresamos.» La frase en Alto Valyrio con la que Vaemond terminó su discurso resonó en su mente. Su tía Laena era ahora parte del océano.














Jacaerys tomaba de la mano a Aemma. No cruzaban palabras desde que ella se molestó porque consideró que por su culpa ella se quedó en Dragonstone en vez de ir a Driftmark. Nada iba a cambiar el resultado, pero al menos hubiera estado con su tía. Aún así permitía el contacto físico, era la única forma que sentía el apoyo de su hermano sin tener que hablarle.

Miraba al suelo cuando su madre se acercó a ellos, Jace le movió la mano para que reaccionara.

—¿Han visto a su padre? —Les acarició la mejilla a ambos al preguntar.

Los dos niños negaron, aunque su madre no pudo verlos pues tenía la vista en otros infantes.

—Sus primas perdieron a su madre. Les serviría un gesto amable—dijo de manera condescendiente.

No sabía donde estaba la atención de su madre, pero en las niñas Targaryen o en ellos no era, al decir esas palabras se fue.

—Ve tú.

Al fin le había hablado a Jace, pero dadas las circunstancias el chico no dijo nada al respecto. Tampoco protestó para que juntos fueran con las gemelas, incluso él mismo no sabía qué hacer en esa situación. Soltó la mano de Aemma para ir con ellas.

No le tomó importancia cuando Jacerys se fue, pero lo siguió con la mirada. No parecía estar hablando, la tomó desprevenida cuando Baela agarró la mano de su hermano, un sentimiento que desconocía se apoderó de Aemma. Era una especie de disconformidad, así lo clasificó ella, aunque no comprendió el porqué.

Un peliblanco frente a ella rompió su atención hacia Jacaerys y Baela.

—Lo siento por tu pérdida.

El menor de los Hightower rubios, así los llamaba entre conversaciones con sus hermanos a los hijos de su abuelo Viserys con Alicent Hightower.

Aemma reclinó la cabeza en agradecimiento.

—Gracias.—La imagen de Jace y Baela regresó a su mente. —Aunque no soy yo la que perdió a su madre.

¿Era por eso? Probablemente Jacaerys sólo tomó la mano de Baela para confortarla, pero esa idea le pareció peor. Jace tomaba su mano para hacerla sentir mejor a ella, no era de su agrado que repitiera ese hábito con otras personas. Pensaba en su hermano cuando nuevamente Daeron Targaryen habló.

—De todas maneras—dijo con amabilidad, acercándose al lado de la princesa. —Me han comentado que ella y tú eran unidas.

—Bueno pasaba casi todos mis días en Driftmark.

Una sonrisa pesada se dibujó en su rostro. No le gustaba la dirección de esa conversación, si seguía hablando esas lágrimas que creía extintas saldrían de sus ojos.

—Lo siento.—El chico supuso que hablar sobre el recuerdo de difuntos no ayudaría en su luto.

—Si me disculpas.

The green ocean | HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora