Caminaba por las largas calles de mi ciudad en busca de algo aparentemente milagroso que me sirviera de ayuda.
En el tiempo que llevaba vagando había visto ya a varios muertos; antes de morir no creía en la vida después de la muerte, pensaba que al morir nuestro cuerpo se descomponía y ahí acababa todo, y, si no fuese estado ahí, muerta y buscando ayuda, seguiría sin creérmelo.
Me estaba adentrando en los barrios bajos como una opción desesperada para encontrar a alguien que me ayudara, pues no sabía con exactitud que hacer.
A unos pocos metros vi un cuerpo sentado en la acera con las piernas flexionadas y la cabeza escondida entre sus brazos. De inmediato supe que no trataba de una persona viva.
―Hey ―la llamé―, hola.
La chica me miró de reojo.
―¿Qué quieres? ―preguntó cortante.
Me acerqué más a ella y me arrodillé a su lado.
―¿Sabes que es un médium? ―Decidí ir directo al grano, solo me quedaba una hora y no pensaba desperdiciarla haciendo amigos.
―¿Quién no sabe lo que es un médium? ―respondió de mala gana.
―Yo.
Ella rodó los ojos.
―Un médium es alguien que puede comunicarse con los muertos, de manera consciente o inconsciente.
Alcé las cejas.
―Eres mi salvadora ―dije, emocionada.
―No deberías estar acercándote y haciéndole preguntas a cualquiera, hay mucha maldad aquí ―advirtió―. Ahora vete, estoy revolcándome en mi tristeza y tú me estás interrumpiendo.
―¿Cómo puedo hacer que alguien ore por mí? ―pregunté, ignorando lo dicho con anterioridad.
La chica soltó una carcajada carente de alegría.
―Ay, que tonta ―murmuró levantándose y comenzando a caminar lejos de mí.
―Oye, respóndeme, ayúdame ―Me levanté y la seguí―. No eres del cementerio de los olvidados ¿cierto?
―¿Cementerio? ¿Qué cementerio? ―Negó con la cabeza―. Yo no soy de ningún cementerio... Según lo que tengo entendido, morí y me quedé aquí porque estoy apegada a lo material, ¿llegaste a ver la película del conjuro?
―Sí, me pareció muy fantasiosa.
―La parte donde el viejo está en la casa porque está aferrado a su sillón... así me pasa a mí, solo que no con un sillón.
―Sí... ―dije, dudosa ―creo que me acuerdo de esa parte.
―Bien, me alegra. Ahora deja de seguirme.
―Por favor ―pedí―, necesito que alguien ore por mí.
La chicha dio media vuelta y comenzó a caminar de espaldas.
―Pues, suerte ―Sonrió irónica y desapareció de mi vista.
«Que chica tan agradable»
...
Se me había acabado el tiempo y no había logrado nada. Estaba enojada porque tendría que esperar hasta el día siguiente para volver a ir al mundo físico.
Di tres toques a la puerta de la habitación donde estaba la única persona que podría resolver mis inquietudes. Un Jake pulcro y arreglado ―como siempre― abrió la puerta luego de unos segundos.
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El cementerio de los olvidados ✔️
Short Story¿No les ha pasado que despiertan en una casa en ruinas, pero llena de personas que no conocen? ¿No les ha pasado que despiertan sin recuerdos? Es probable que a ustedes no, pero a Berenice sí. Berenice no entiende que ha sucedido. Todos a su alreded...