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Tom Kaulitz

Ya habían pasado dos días desde aquel incidente la noche pasada. Entraron por la fuerza y se llevaron a mi madre y padre, dejándome solo con mi hermana, yo... yo no se cuidar a una bebé, de dos días de nacida, por favor soy un adolescente aprendiendo a valerse por si mismo.

—Aver ¿como te llamare?–Pregunte para mi, sosteniendo a la bebé dormida en mis brazos.

Por mis pensamientos pasaron un sin fin de nombres; Kimberly, Danna, Elizabeth, Azul, Marbella, Maía, Maber. Pero finalmente me decidí por un nombre "Amber" un hermoso nombre que tiene el significado de una piedra preciosa al igual que mi bebé.

(...)

Pasaron los días y yo no tenia razon de papá y mamá. No fue hasta que paso una semana y me avisaron que encontraron unos cuerpo que al parecer eran mis padres, no me dieron más explicaciones solo fue la dirección de donde los tenían y que fuera a reconocer los cuerpo. No pienso mentirles, la verdad es que esto me tiene bastante alterado, porque ¿qué voy a hacer si eso pasa? No deje pasar mucho tiempo, rápidamente me vestí poniendome un par pantalones  holgados y una camisa grande. También vesti a mis ojitos de muñeca. Salí del departamento, toque la puerta de una vecina una mujer de 40 años, pelirroja, delgada y ojos verdes. Ella abrió la puerta y se sorprendió al verme pero de igual manera me dedico una sonrisa cálida.

"Tom, muchacho, que gusto verte ¿qué te trae por aquí?". Pregunto mirándome pero luego su mirada se poso en la bebé que traía en brazos. Yo suspire, estaba dispuesto a decirle todo, ella es la que siempre ha estado al pendiente de mi y ¿por qué no contarle la verdad? "Mire, señora Meli quería saber si ¿usted pudiera cuidarme a la niña?". Le dije y ella me hizo pasar a su departamento. "Claro, con gusto lo hago pero tiene que explicarme ¿qué esta pasando?". Dijo y yo suspire, me hizo pasar, me dijo que me sentara y así lo hice le conte como fueron las cosas de aquel incidente ella asintió en forma de comprensión. Y cuando tenía que irme me dijo.

"No te preocupes, tu bebé esta en buenas manos". Dijo y yo asentí, claramente agradecido.

Salí del departamento, el aire fresco  hizo que pasara mis manos por mis brazos, salí y tome un taxi claro no voy a mentirte iba a con el Jesús en la boca, tenía un nudo en la garganta, de pensar que si eran ellos porque si eran ellos ¿que iba a suceder en mi vida?

Llegue a la morgue, sentí mi respiración entre cortarse y transtornarse pesada. Me preguntaron mis datos personales, por un momento dudaron en si dejarme pasar o no al ser yo un adolescente era claro que no, pero me dejaron pasar. Me llevaron a una cámara de refrigerio, donde tenían los cuerpo, estaba temblando, iba tratando de tener suficiente valor y tratar de transmitirme tranquilamente que obviamente no iba a tener desde ese día. Entramos y sacaron dos cuerpos las mantas que los cubrían fueron retiradas y fue cuando me di cuenta que eran mis padres.

Observe detenidamente pensando que mi mente me habia hecho una mal jugada pero no fue así, eran ellos, trague saliva. Estaban degollados, tenían el cuello cocido con alambre. Sus ojos estaban negros, el labio inferior de mamá cortado en tres partes, la nariz de papá tenía un clavo enterrado.

En ese momento sentí como mi estómago se revolvia, algo se quebró dentro de mi, como si ubiera liberado todos mis demonios, me volví completamente loco. Agarre a uno de los empleados que estaba ahí limpiando, él miró aturdido e intento safasarse de mi agarre cosa que no logro.

"¡¿Fuistes tu maldito idiota?!" Agarre al tipo del cuello de la camisa, lo sacudi un par de veces. Lo lance con tanta fuerza que no ma había dado cuenta que se había pegado en la esquina de la camilla, haciendo que su cabeza goteaba sangre, me di cuenta bastante tarde él estaba mirándome con miedo cuando vi que estaba apunto de llamar a seguridad nege un par de veces, las lágrimas picaban en la comisura de mis ojos y no tardaron en salir.

SECUESTRO EN LA OSCURIDAD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora