SECUESTRO EN LA OSCURIDAD

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Amber Kaulitz                      

1 de noviembre  primer día en el infierno

Me desperté con un dolor terrible de cabeza mire a mis alrededores mi visión era horrible todo es borroso no escucho nada más que un simple zumbido, mi cuerpo, lo siento pesado no puedo moverme, me siento.... pesada, el pánico me invade al no estar en mis 5 sentidos.

Después de unos minutos ya me encuentro un poco mejor al darme cuenta de lo que esta pasando me comienzo a asustar mi respiración se volvió cada vez más irregular y sentí como se atasto en mi garganta ya no puedo respirar una de las 8 mujeres, es alta, un rostro fino, ojos avellana, cabello azabache que parecía ser mayor de los 20s, se acercó a mí.

"Oye, oye, esta bien, respira conmigo". Me dijo y me ayudo a regular mi respira.
"Todo estará bien... te lo prometo". Susurro, al ver que las lágrimas caían por mi rostro me abraza y comienzo a sollozar, me sentía tan maldita indefensa.

Después de un largo tiempola verdad no se cuanto tiempo habría pasado, perdí la noción del tiempo y eso me ponía aun más nerviosa, observe donde me encuentro para buscar alguna salida o por escapar, pero no la hay pues es una habitación es oscura lo único que había eran unas pequeñas ventanas que no dejaba entrar mucha luz y un pequeño foco que ilumina la habitación también hay una puerta de metal que en todo este tiempo no ha sido abierta en todo este tiempo.

"¿Cómo te llamas?". Le pregunte a la chica a quien me había aferrado. "Me llamó Mishelle". Me dijo y me sonrio, para no demostrar el miedo que tenía,  pero podia verlo. "¿Y tú?". Me dijo y le sonríe. "Me llamo Amber". Me dijo y unas lágrimas cayeron por sus mejillas.

(...)

Las horas pasaban y la puerta no se abría Mishelle quien apenas cuenta con 23 años ya había intentado una y otra vez abrir la puerta e intento llegar a las ventanas que se encontraban en lo más alto pero alcanzo y yo me ponía aun más nerviosa e histérica al igual que las demás mujeres, Mishelle no se dio por vencida y una de todas nosotras, una chica alta y rubia se unió a Mishelle en un intentó de abrir la puerta pero fue un intentó fallido ¡por dios! Es obvio que de aquí nadie sale viva, hemos sido secuestradas.

A los pocos minutos me sentía mareada y note como un gas salía expulsado desde lo que parecían ser tuberías. Note como cada de las mujeres caía inconsciente al igual que yo desde ese momento no supe más de mi hasta más tiempo después no se si pasaron horas o fue un día.

Ahora nos encontramos en una habitación donde las paredes son blancas aquí había una lámpara que ilumina la habitación pero de nuevo hay ventanas hasta arriba que solo dan poco luz y por lo que puedo ver es de noche. Hay cuatro literas cada una tiene una etiqueta que dice el nombre de nosotras para mi suerte me toco con Mishelle también en las camas había un conjunto de lencería de encaje y eran lencería de un solo color y por su puesto había un par de tacones todos del mismo color al igual que la lencería.

La puerta que también era de metal se abrió un hombre alto que traía un pasamontañas y traía un arma nos miró y habló. "El jefe dice que se den una ducha y se vistan en una hora vienen a recogerlas". Nos informó y se fue de la habitación dejándonos pensativas. ¿Qué es todo eso de jefe? ¿Qué es todo esto...? A dónde mierda vine a caer.

Le rogué a Mishelle porque se quedara conmigo en todo momento sentía tanto miedo que no sabría describir con palabras.

Me duche y Mishelle nos vestimos con la lencería que nos dejaron y los tacones. El mismo tipo con pasamontañas vino por nosotras, pero ahora no solamente era el eran más, los tipos nos agarraron de brazo y nos hicieran caminar. Nos sacaron del lugar y nos pusieron una bolsa en la cabeza mientras salíamos del lugar donde estábamos, nos subieron a camioneta. Después de un largo tiempo, nos detuvimos nos bajaron en un tipo almacén o algo similar pues era enorme y las puertas eran cortinas de metal, todo estaba oscuro hasta que encendieron las luces. A todas nosotras nos pusieron cadenas en el cuello, manos y pies, una voz se hizo presente con una risa que yo misma reconocía