Capitulo 10

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Aquellas delicadas extremidades sobaron la punta del su zona carnosa, mientras que su boca le propinaba un beso como nunca antes. Tom  al sentir aquella mano apretar su intimidad soltó un gemido en los labios del pelinegro, mordió uno de esos carnosos y rosados labios y comenzó a frotar su miembro con la mano ajena.

— Ngh....

Bill soltó la extensión del mayor  y se removió para dar fin al beso, cada vez  fue descendiendo sus labios por el cuerpo de Tom con el fin de llegar a su entrepierna, y cuando llegó, oh Bill no dudo en  abrió su boca e introdujo el miembro.

— ¿Q-qué estás... ha-haciendo?.— Pregunto Tom en medio de la exitacion.

Se sentía raro la sensación, pero, es solamente placentera. Apoyó sus manos en la cabeza de Bill y lo ayudó con los movimientos que daba. Gruñó al sentir como esos dientes le daban un mordisco suave y tiraban la piel de su erección.

<<En verdad es grande... ¿cómo está cosa logró meterse en mí?».— Pensó Bill a ver mejor el miembro, beso la punta y chupo los testículos. Cerró sus ojos cuando aquel líquido se escapó del orificio del pene de Tom , sí su rostro quedó completamente manchado.

— Maldito...— Maldijo por lo bajo sintiendo el esperma caliente por toda su cara.

Tom soltó un par de risas, sujeto la cintura de Bill y lo obligó a quedar a su misma altura.

— No pude aguantarme, lo siento.— Se disculpó limpiando su cara.

Bill arrugó su nariz, tomó la  mano de Tom  y lamió el semen en tres sus dedos. Bueno sabía que esto le va perjudicar más adelante, sin embargo, el momento era excitante. Abrió su boca y sacó su lengua extendiendo el líquido. Tom  por el contrario, lo observo por unos segundos, y bueno, no le quedó de otra seguir el juego.

En pene aún erecto de Tom rozaba la entrada de Bill haciéndolo sentir  como  palpitaba. El pelinegro estiró su brazo y volvió a sujetar aquella parte excitada y deseosa de entrar, no obstante, las manos de Tom  lo detuvieron.

— Aún no...— Dijo Tom bajando poco a poco su cuerpo asta llegar a la entrepierna de Bill, agarro sus piernas y las levantó, y por último, introdujo su viscosa lengua en su entrada.

— Ugh~!.... Ahhhhh...T-tom...— Gimió el pelinegro sintiendo como la lengua del mayor se así paso entre su cuerpo.

Cubrió su boca  con sus manos. Sentía como los dedos del mayor se enterraban en su piel además de esa húmeda lengua  que lubricaba su trasero. Sus piernas temblaban como nunca antes y se acalambraron por la sabrosa sensación.

— Debí haber hecho esto de un principio ¿no crees, Bill?.— Dijo con con una sonrisa plasmada en su rostro.

Si debió hacerlo, para Bill era lo más exquisito, y mucho más cuando sentía un nuevo placer. Aquella entrada se abría y cerraba, si pedía ese enorme y vigoroso miembro que se metiera.

Tom sonrió y beso aquel lugar. Se puso de rodillas, lamió su índice y lo deslizó en la cabeza de su parte. Se agacho, tomo los muslos y condujo su intimidad al lugar.

Bill  tembló al sentir la punta y después gimió al tener todo ese miembro en su interior. Su vista se nubló ante las estocadas que le brindaba el mayor, movió su cuerpo para ayudar con los movimientos, pero eso provocó que aquella parte carnosa se saliera sin querer. «¡Mierda! ¡justo cuando iba a llegar al clímax!».

Tom con rapidez tomó su parte y la volvió a introducir, sin problemas volvió a moverse e hizo que la sensación del orgasmo volviera.

— Ugh... m-más...No pares.— Pidio Bill entre gemidos y Aquello solo logro  enloquecer a Tom, subió más las piernas del pelinegro y subió de nivel el vaivén.

My Sugar Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora