Capítulo 7: El Plan en Marcha

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Con el plan cuidadosamente elaborado, Roberto, Riki, Topo, Tavella y Marrero se prepararon para ejecutar su arriesgada fuga. Cada uno tenía un papel crucial que desempeñar, y estaban decididos a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia la libertad.

"Esto es lo que hemos estado esperando", dijo Topo, su voz llena de determinación mientras miraba a sus amigos con determinación. "Es hora de hacer que nuestros sueños se hagan realidad."

Roberto asintió con seriedad, su corazón latiendo con anticipación y nerviosismo. "Estamos listos para esto", dijo, su voz firme a pesar de los nervios que sentía. "Juntos podemos hacer cualquier cosa."

Riki sonrió, su rostro iluminado por la emoción y el coraje. "Vamos a mostrarle al mundo de lo que somos capaces", declaró, su voz llena de determinación. "Nada nos detendrá en nuestro camino hacia la libertad."

Con un último vistazo entre ellos, el grupo se dispersó para llevar a cabo sus respectivas tareas. Tavella y Marrero se dirigieron hacia el generador de interferencia, listos para sabotear el sistema de alarma y crear una distracción que permitiera a los demás escapar sin ser detectados.

Mientras tanto, Roberto, Riki y Topo se prepararon para deslizarse por los pasillos del laboratorio, evitando a los guardias y buscando una salida secreta que los llevaría a la libertad. Sabían que el camino sería peligroso, pero estaban decididos a enfrentarlo con valentía y determinación.

"Recuerden, manténganse juntos y sigan mis pasos", susurró Topo, su voz apenas un murmullo mientras se deslizaban por el pasillo oscuro. "No podemos permitirnos ser detectados."

Roberto y Riki asintieron en silencio, sus ojos escudriñando cada sombra en busca de cualquier signo de peligro. Sabían que estaban arriesgando mucho al intentar escapar, pero estaban dispuestos a correr el riesgo por una oportunidad de libertad.

Mientras tanto, en el despacho del doctor Hernández, el hombre malvado observaba las pantallas de seguridad con una mezcla de furia y desesperación. Sabía que algo estaba sucediendo en su laboratorio, y estaba decidido a descubrirlo antes de que fuera demasiado tarde.

"Malditos engendros", murmuró para sí mismo, su puño golpeando con furia el escritorio frente a él. "No dejaré que escapen de mi control. Haré lo que sea necesario para detenerlos."

Con una determinación renovada, el doctor Hernández se puso de pie y se dirigió hacia el laboratorio, decidido a detener la fuga de sus experimentos antes de que fuera demasiado tarde. Sabía que el destino de su prestigiosa carrera estaba en juego, y no permitiría que un grupo de adolescentes rebeldes arruinara sus planes.

Mientras tanto, en los oscuros pasillos del laboratorio, Roberto, Riki y Topo continuaban su peligroso viaje hacia la libertad. Cada paso era una prueba de su valentía y determinación, y estaban decididos a no dejar que nada los detuviera en su camino hacia un nuevo comienzo.

De repente, una voz chillona rompió el silencio, haciendo que el grupo se detuviera en seco y se mirara el uno al otro con preocupación.

"¡Intrusos en el laboratorio! ¡Detenganlos a toda costa!", gritó un guardia, su voz llena de pánico mientras corría hacia ellos con su arma en alto.

Topo miró a sus amigos con determinación, su corazón lleno de determinación y coraje. "¡Sigan adelante! ¡Yo los detendré!", gritó, su voz llena de determinación mientras se lanzaba hacia el guardia con valentía.

Roberto y Riki asintieron con gratitud, sabiendo que su amigo estaba arriesgando su vida por ellos. Con determinación renovada, continuaron corriendo por los pasillos oscuros, su única esperanza de libertad brillando en el horizonte.

Mientras tanto, Benito, el otro doctor del laboratorio, apareció de repente frente a Roberto, bloqueándole el paso con una sonrisa siniestra en el rostro.

"¿A dónde crees que vas, pequeño insecto?", preguntó Benito con voz burlona, su mirada fija en Roberto con desdén. "No puedes escapar de aquí."

Roberto apretó los puños con determinación, su mirada desafiante mientras enfrentaba al hombre que lo había maltratado durante tanto tiempo. "No me detendrás", dijo, su voz llena de valentía a pesar del miedo que sentía. "Estoy decidido a encontrar la libertad, y no dejaré que nadie me detenga."

Benito soltó una risa burlona, su mano alzándose para golpear a Roberto con violencia. Pero esta vez, Roberto se defendió, esquivando el golpe y lanzando un puñetazo que hizo que Benito retrocediera con sorpresa.

"¡Cómo te atreves!", gruñó Benito, su rostro retorcido por la furia mientras se lanzaba hacia Roberto con un grito de ira.

El enfrentamiento entre Roberto y Benito fue breve pero intenso, con golpes y empujones mientras luchaban por el control. Finalmente, Roberto logró derribar a Benito, dejándolo en el suelo con un gemido de dolor mientras él y sus amigos continuaban su desesperada búsqueda de libertad.

Mientras tanto, Topo luchaba valientemente contra el guardia, su mente llena de determinación y coraje mientras luchaba por proteger a sus amigos y asegurarse de que tuvieran una oportunidad de escapar. Sabía que el camino hacia la libertad sería difícil, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío con valentía y determinación.

Más que un experimento (cuarteto de nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora