| 01 Ace Degenerate

61 4 4
                                    



Lo único decente del verano son las vacaciones, ¿verdad? Quiero decir, ¿a quién mierda le gusta esta estación? El calor es asfixiante y, aunque no hagas nada, sudas como si estuvieras corriendo un maratón. Si disfrutas del calor, claramente no usas la cabeza, bueno, a menos que tengas suficiente dinero para tener una piscina o escaparte de vacaciones, lo cual no es mi caso.

Yo estaba recogiendo el correo con poca gana mientras le daba la espalda a Miguel, mi hermano, que estaba usando su celular como de costumbre. Nos habíamos mudado recientemente a "Residencial Encino Oaks", y para ser honestos, era un lugar bastante deprimente, por no decir deplorable. Las viviendas eran anticuadas y parecían haber sido abandonadas durante décadas. Los jardines estaban descuidados, con césped marchito y arbustos sin podar. Las paredes de los edificios tenían pintura descascarada y ventanas sucias. En definitiva, es un lugar que uno preferiría evitar si fuera posible.

Me hallaba cerrando el buzón viejo y oxidado, a punto de preguntarle a mi hermano si había visto a la Yaya.

Al darme la vuelta, el idiota estaba tratando de hablarle a un hombre con aspecto descuidado, cabello grasiento y mal afeitado. Este parecía no prestarle atención, iba cargando con una caja de herramientas y basura.

Me acerqué a ellos para evitar que Miguel metiera la pata el primer día, ya sabes, no hay que tener problemas con los vecinos.

—¡Oh! Las botellas van en el contenedor azul... — Dijo Miguel mientras observaba al señor tirar su basura, sin embargo, él apenas le prestaba atención, incluso ni me miró cuando me paré al lado de ellos.

—Escucha, menudo, he vivido aquí por diez años. La tubería no funciona, la fuente está llena de orina, y lo único bueno de estar aquí es que no debo hablar con nadie. Así que fue un gusto.

—Está bien, bueno, que tenga un buen día, supongo. — Miguel le hablaba mientras el señor entraba a su auto y lo encendía. Con lo rápido que se fue puedo imaginarme cuántas multas por exceso de velocidad debería tener.

—¿Quién era él? — Le pregunté cuando volvimos al apartamento. Este chico no sabe cerrar la boca.

—No lo sé, yo sólo quería presentarme, pero creo que está un poco desinteresado en socializar.

—Si no me decías no me daba cuenta. — Le dije con sarcasmo mientras soltaba una risa. — Trata de no meterte en problemas el primer día, ¿sí?

—No eres mi madre, Sarah, ni siquiera eres mayor que yo. Mejor anda a ordenar tu habitación antes de que llegue la Yaya.

Era tarde, estaba oscuro y habíamos ido a comprar un remedio para la Yaya a Reseda Flats

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Era tarde, estaba oscuro y habíamos ido a comprar un remedio para la Yaya a Reseda Flats. Una tienda de conveniencia modesta pero funcional. Las luces fluorescentes iluminaban el espacio, aunque no demasiado brillantes. Había estantes llenos de productos a lo largo de las paredes y un mostrador de caja registradora en el centro. Algunos productos estaban desordenados, como si hubieran sido colocados rápidamente. Cuando entramos, estaba el tipo de la Residencia comprando pizza y quejándose por lo poco higiénico que era el señor que atendía.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

You're Unforgettable | Eli (Hauk) Moskowitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora