Capítulo 2

297 22 0
                                    

Narra William:

Hola, me llamo William Johns, pero todos me llaman el fantasma, ya que mi piel tiene un tono albino mi pelo es muy claro. Llevo aqui desde que tenia 2 años, no hablaba con nadie, ni siquiera con la monitora, digamos que estaba mas agusto solo que en compañia. Cuando cumplí los 7 años a todos les dieron por meterse conmigo, menos una persona, tambien se burlaban de ella y tambien estaba sola, pero veo que nunca le llegó a importar. Según lo que me digeron que mi madre había muerto y que mi padre había desaparecido, cuando me enteré me apené pero luego lo superé. En este orfanato estoy asignado a una habitación reforzada con cámaras porque dicen que "hago cosas rara" por las noches, no le doy importancia, no quiero ningun compañero. Hoy es 24 de diciembre, navidad, estoy escondido en los baños con mi cara bañada en lágrimas, estas fechas me entristecían ya que era para estar con la familia, pero yo no tengo familia, no tengo ni amigos, por una vez me sentía mal estando solo...
Escucho que la puerta de los baños se abren y mi vista se planta en ella, había una chica con pelo canstaño y grandes ojos marrones verdosos mirándome. Sequé rápido mis lágrimas y me dirigí a la puerta para irme de allí, no quiero que nadie me vea llorar por mis problemas.

-William: Eh... Mejor me voy...

La chica se acercó a mi y frenó mis pasos colocando su mano en mi hombro, fijo que solo vino a reirse de mi y de que no tenía a nadie o simplemente a reirse de mi piel.

-???: E-estas bien?

-William: S-si...

Quité su mano de mi hombro y andé rápido hacia los pasillos de las habitaciones, en el camino pensaba en que alguien por lo menos se había preocupado por mi, no la conocía pero de vista sabía que ella era la única persona que no se reia de mi.
Cuando menos me lo esperé alguien me agarró de la camiseta por detrás y tiró de mi hacia atrás. Unas manos fuertes me agarraron del cuello de la camiseta y me elevaron hacia arriba, me di cuenta de que era el chico que siempre se metia conmigo y me pegaba, yo estaba muy delgado y no tenía mucha fuerza, no podía defenderme, solo dejé que pasara lo que tuviera que pasar.

-C1: Mira, si es el fantasma, mas que miedo me das risa, patético!!

-William: Qué quieres?...

-C1: La verdad es que hoy me he enfadado porque la monitora me ha castigado, asi que necesito desahogarme con alguien.

Su grupito de amigos se acercaron a mi, me agarraron de los brazos intentando que no escapara, de tanta fuerza que ejercían para cogerme mi camiseta se rompió. Miemtras los demás miraban el otro comenzó a darme puñetazos en mi cara y en mi barriga, me dolía mucho, pero me aguantaba, no iba a conseguir nada quejándome. De mi nariz y de mis labios salían pequeños riachuelos de sangre, me dejaban moratones en las mejillas y en la barriga. Cerré los ojos para que todo pasara rápido, pero por unos segundo no me llegaba ningun golpe, abrí los ojos y delante de mi estaba la chica que me habló antes, aquello me sorprendió como una chica se enfrentara a aquel maton.

-C1: Oye, tu!! Apartate, no querras recibir uno tu tambien

-???: Como si me matas al instante, deberías saber que cada uno de nosotros tiene derecho a que lo traten bien

-C1: Pffffff jajajajaja!!!! Este fantasma no tiene ni derecho a la vida!!

Aquel comentario me ofendió mas que ningun golpe, empezaron a salir de mi lágrimas en silencio, la chica me miró con pena, luego se dió la vuelta y le dió al matón un golpe en la cara con todo el puño cerrado dejándolo aturdido en el suelo.

-C1: Hija de puta!!!! Ahora de aquí no sales hasta que se te quede la cara como un cuadro!!!

Me soltaron de golpe y cogieron a la chica haciendo que el matón comenzara a darle golpes en el estómago, ella resistía, se la veía fuerte, en un momento ella solto una patada hacia el estómago del chico dejándolo en el suelo, se soltó de los chicos y se colocó delante de mi para volver a protegerme, pero esta vez no atacaron, un miedo les paralizó por aquel momento.

-C1: S-s-s-sus oj-j-jos....!!

-C2: N-n-no tiene ojos!!!

En un momento todos corrieron hacia el final del pasillo, ella observó por unos segundo para ver si se iban y luego me "miró" a mi, y lo digo asi por que al verla vi que no tenía ojos.

-???: Estas bien?

-William: Tus... Ojos....

Se dirigió a un espejo que había ahí al lado y al ver su rostro se quedó paralizada.

-???: Pero.... Qué...?

En un segundo se llevó sus manos a la cabeza, se arrodilló en el suelo y comenzó a gritar de dolor, me estaba asustando hasta yo. Luego de unos segundos volvió a mirarse en el espejo y estaba como antes, normal, sus ojos volvieron a estar ahí. Se sentó de espaldas a la pared con la mirada confundida, mientras que yo aguantando el dolor de los golpes intentaba levantarme, ella se levantó y andó hasta a mi para ofrecerme su ayuda.

-???: Te ayudo?

-William: N-no... Gracias...

No se ni para que preguntó si acabó ignorando mi respuesta. Me ayudó a ponerme en pie, me dolía casi todo y me costaba mantenerme en equilibrio.

-???: Cual es tu habitación?

-William: No quieras saber cual es....

-???: No me importa, no creo que sea peor que la mia...

La miré sorprendido, acaso ella tendría una habitación peor que la mia? Señalé al fondo del pasillo, mientras caminábamos iba pensando en lo que le ocurrió cuando estaba peleando contra aquellos chicos, sus ojos desaparecieron por un momento pero luego volvieron... Llegamos a mi habitación y me sente con cuidado en mi cama mientras observaba que ella ya se iba.

-William: Por qué?...

-???: Qué?

-William: Por qué me has ayudado?... Y por qué te has preocupado por mi?...

-???: No soporto ver a la gente sufrir... Y menos por culpa de unos capullos

Bajé mi cabeza mirando al suelo con mis mejillas rojas por la vergüenza y moradas por los golpes.

-William: Gracias...

-???: No es nada....

Salió de mi habitación cerrando la puertas detrás de ella, llevé mis manos a mi cara ocultándola por completo y apoyando los codos en mis muslos. Aun no me creía que me hubiese ayudado alguien, y menos una chica, la temperatura de mi cara comenzó a subir cada vez que pensaba en aquel acto de bondad que hizo por mi. Me tumbé boca arriba en mi cama mirando al techo y reflexionando, cerré mis ojos y solo esuchabas risas psicópatas que venían de mi, llevo escuchando esas risas desde que nací, pero esas risas no me asustan, de hecho, me agradan....

Los hijos de los creepysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora