La rubia se esforzaba al máximo por mantener el equilibrio mientras cargaba con las cajas, sintiendo el peso de la reciente mudanza que había realizado por sí sola. El proceso de adaptarse a un nuevo hogar y organizar todas sus pertenencias estaba resultando más complicado de lo que había anticipado.
Mientras caminaba por los pasillos iluminados por los rayos del sol que se filtraban a través de las ventanas, Olivia sintió el calor reconfortante en su rostro, pero también aumentaba su sensación de agotamiento. En un intento por acceder rápidamente a su nuevo hogar, hacía malabares para encontrar la llave en su bolso abultado y luego meterla en el cerrojo de la puerta.
Fue entonces cuando notó dos pequeñas figuras a los pies de la entrada. Dos gatos, claramente no pertenecientes a ella, se encontraban allí, disfrutando plácidamente del cálido rayo de sol que iluminaba la puerta. Sus ojos curiosos la observaban con cierta indiferencia mientras ella intentaba abrir la puerta, como si estuvieran evaluando a la nueva inquilina y decidiendo si eran bienvenidos en ese nuevo espacio.
"¿Disculpen?" Olivia habló con diversión "Acá voy a vivir yo. ¿Quiénes son ustedes?"
Los dos gatos levantaron la cabeza al escuchar su voz, sus orejas se movieron ligeramente en atención. Parecían evaluar a Olivia por un momento, como si estuvieran considerando su solicitud de identidad. Uno de los gatos bostezó perezosamente antes de levantarse, estirándose con elegancia felina, mientras el otro simplemente la miraba con ojos curiosos y un aire de indiferencia.
Olivia dejó las cajas dentro del departamento con cuidado y cerró la puerta detrás de ella. Luego, miró hacia los lados, buscando alguna señal o indicio de quién podría ser el dueño o la dueña de los dos gatos que había encontrado en la entrada.
Olivia se acercó a los gatos y acarició su suave pelaje, notando el collar que llevaban puestos. Buscó alguna placa de identificación en los collares, pero no encontró nada que pudiera indicar a quién pertenecían. Se sintió un poco más aliviada al ver que llevaban collares, ya que eso significaba que probablemente tenían un hogar y alguien que los cuidaba.
Olivia tocó la puerta de al lado con los gatos en brazos y fue atendida por un joven. "Hola, soy Olivia. Soy nueva aca y estos gatitos aparecieron en la puerta de mi casa. Quería saber si son tuyos o si sabes de quién podrían ser..." El chico solo negó cerrando la puerta "gracias.. " se quedó con las palabras en la boca.
Olivia recorrió todo su piso, tocando puertas y preguntando a sus vecinos, pero nadie le daba pistas sobre los dueños de los gatos. Cada vecino decía haberlos visto rondando seguido por ahí pero no sabían de quienes eran.
Subió al segundo piso retomando su tarea de tocar cada puerta, realmente no tenía ganas de conocer a absolutamente todos sus nuevos vecinos pero obligadamente tuvo que hacerlo.
Olivia subió al segundo piso y retomó su tarea de tocar cada puerta. Aunque realmente no tenía ganas de conocer a absolutamente todos sus nuevos vecinos, se sentía obligada a hacerlo en esta situación.