Puede que el tema del que trata esta historia, no sea de buen gusto. Quizá si eres demasiado aprensivo deberías dejar de leer esto ya que está basado en hechos reales. Pero para los que les interese saber la cantidad de golpes que te puede dar la vida y cómo los vive la gente de tu alrededor, esta es mi historia.
Las ventanas están cerradas, las persianas bajadas y las cortinas corridas, pero aun así se escucha el repicar de las gotas de lluvia sobre el tejado de la casa. Hacía semanas que no llovía y el césped del jardín, ahora mojado, antes lucía sombrío y reseco. El despertador del móvil suena sobre el escritorio. Hoy es viernes y debería ir a clase, pero no quiere ir. La alarma sigue sonando. Bajo las sábanas de la cama se está tan calentita que le resulta imposible levantarse para apagarla. Sabe que en cuanto se levante ya no se podrá volver a dormir. Saca un pie, demasiado frío, ya dejará de sonar.
Son las 9:30 de la mañana. Se levanta de un brinco y sale disparada hacia el baño, se lava la cara, se peina y vuelve a su cuarto. Levanta las persianas y descorre las cortinas. Aunque ha dejado de llover, el cielo sigue nublado. No necesita mirar la hora para saber que llega tarde. Se ha quedado dormida y las dos primeras horas de instituto ya han acabado. Si no se da prisa no podrá entrar hasta que empiece el recreo. Se viste en un tiempo récord y baja las escaleras. No le da tiempo a desayunar, ya comerá algo en la cafetería. Las llaves, el abrigo... ¡La mochila! Corriendo sube las escaleras pero se tropieza en el último escalón y cae rodando. Está claro que hoy no es su día. No se ha hecho daño, pero al escuchar una puerta del piso de arriba abrirse, sabe que su madre se ha despertado por el alboroto.
Una mujer de pelo negro despeinado se asoma por la barandilla, se nota que todavía no se ha desperezado del todo. Sus ojos marrones penetrantes la miran con curiosidad.
- ¿Te has quedado dormida y no sabías cómo despertarme para que te llevara?
- Buenos días, mamá.
- Caroline, ¿qué haces tumbada en el suelo?
- Me he escurrido al subir a por mí mochila.
¡El instituto! ¡Si no se da prisa no la dejaran entrar! Se levanta corriendo y de nuevo intenta subir las escaleras. Coge la mochila y mientras revisa que esté todo, escucha un sonido hueco que procede de las escaleras, se asoma para ver a su madre sentada en el tercer escalón masajeándose la cadera.
- ¿Mamá, estás bien?
- ¡Hay que arreglar esta escalera!
- Vaya, ya no soy la única que se cae ¿no?
- A clase. ¡YA!
Caroline anda a paso acelerado por el parque. Se acerca el otoño y se empieza a notar en los colores de los árboles y el césped, que aunque siguen verdes, ya no brillan igual que en verano.
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FINN
Teen FictionEsta es la historia de como una joven, en tan solo unas horas, se ve desbordada por un nuevo problema que la atormentara hasta el final. #Wattys2015