FINN

Sin complicaciones.

Morena, 1,65 de estatura y ojos verdes. Es una joven muy alegre. Caroline tiene 18 años y cursa bachiller en un instituto cerca de su casa en Madrid. Siempre ha sido muy estudiosa, pero es incapaz de estarse quieta más de media hora. Le gusta mucho leer, meterse en la vida y la mente de los personajes, es una experiencia fascinante.

En cuanto ve el cruce, acelera el paso. Faltan cuatro minutos para que empiece la tercera hora, si se retrasa aunque sea un minuto, la profesora de latín la dejará fuera, es muy estricta con los horarios.

Entra en el instituto corriendo, hay gente en los pasillos, lo que significa que todavía siguen las puertas de las aulas abiertas.

Escaleras arriba, sube dos pisos, giro a mano derecha y al final del pasillo. Aula A27. Clase de latín. Profesor de guardia. HOY NO DARÁN LATÍN.

Suena la campana, hora del recreo.

- ¡Caroline! ¿Qué tal la mañana?

- Hola Adri. Mal. Me he quedado dormida en las dos primeras horas y he venido corriendo. Me he escurrido en las escaleras de casa, y todo para que la de latín no haya venido.

- JAJAJAJAJA ¡Qué mañana más productiva!

- Oye, no te burles, está claro que he tenido días mejores. Pero todo va a salir bien de ahora en adelante.

- Más te vale, esta tarde hay partido y tú eres la mejor del equipo. Gracias a ti llegamos a las finales en el campeonato de Lacrosse. Y mañana de Voleibol. ¿Qué te pasa en el ojo?

- ¿Qué?

- Tienes un tic en el ojo izquierdo.

- Serán los nervios.

- Quizá. Bueno chica, te dejo, que ahí llega tu Romeo.

Un chico está apoyado en un árbol cerca de la entrada del instituto. Moreno, alto y de ojos castaños. No tiene nada especial, incluso se podría decir que es un chico del montón... Pero no para Caroline. Llevan saliendo casi dos años. Al igual que todas las parejas han tenido sus más y sus menos pero cuando lo ha necesitado, siempre ha estado ahí.

- Buenos días, canija.

Cómo no. Desde que se conocieron le puso el mote de "canija". Oliver es muy cariñoso y amable. Le encanta su sonrisa burlona pero dulce a la vez. Tiene 19 años y la cuida y la mima como a su propia vida.

- Buenos días, Oli.

- ¿Solo buenos días? ¿Qué te pasa? Normalmente te lanzas a mis brazos y me besas.

- Perdona. Llevo una mañana desastrosa. Me he caído por las escaleras en casa y me he quedado dormida.

- JAJAJAJA DORMILONA. JAJAJAJA.

Estaba a punto de soltar algún insulto antes de que Oliver la cogiera por el brazo y la besara. Siempre que se besaban él se relajaba y a ella se le aceleraba el corazón. Cada vez que sus labios se unían, Caroline notaba un cosquilleo en la planta del pie. Pero hoy... No sentía nada, era como si sus labios no reaccionaran. Se nota cansada, le fallan las piernas...