Resurge el Punto Débil

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Ya era de mañana y los Loud tenían que ir a clases. Lynn se había despertado más triste y desorientada que nunca. Sus hermanas sabían por lo que pasó durante su primer año de secundaria y aún así la excluyeron, generándole una mala experiencia entre sus compañeros y ni siquiera se molestaron en ayudarla, pero cuando se trata del resto de sus hermanas son las primeras en mostrarse.

Las hermanas Loud estaban haciendo fila para entrar al baño. Estaba Luna en la ducha, siguiendo en la fila Lucy, Lola, Lana y Lynn de última, con la mirada igual de perdida que un muerto, de esas que te penetran hasta el alma, y Lana se dio cuenta.

-"¿Estás bien, Lynn?"-

No hubo respuesta, estaba pérdida en sus pensamientos, y Lana se preocupaba cada vez más. Agitaba su mano frente a sus ojos , incluso le hablaba más fuerte, pero seguía sin haber ninguna respuesta. 

Ante los inquietantes gritos de Lana se asoma Lisa desde su cuarto, quien ya estaba arreglada para la escuela y aprovechaba el tiempo extra para continuar con sus investigaciones. Al ver los gestos de su hermanan mayor Lana, se acerca a Lynn para estudiar su comportamiento.

-"Parece ser que está sumergida en sus pensamientos de tal manera que cualquier interacción con el mundo físico no le afectan en lo más mínimo"- concluyó Lisa

-"¿Qué será lo que estará pensando tan intensamente?"- preguntó Lana con gran intriga

-"Debe de ser algo lo suficientemente inquietante para que sus pupilas se dilaten de ese modo"- dijo Lisa apuntando con una linterna directo en sus ojos, para después apagarla e irse devuelta a su cuarto.

Lana se quedó pensando en qué podría ser tan inquietante para su hermana, hasta que se acordó del incidente con Luan de anoche. No sabía lo que pasaba entre ellas, pero sí notó la tensión que había, era algo que se podía ver desde Júpiter, y Lana lo percibía desde el conflicto en la cena del otro día. Tenía las piezas sueltas del rompecabezas y no podía entender cuál era el problema con ellas, pero quería saber y así poder ayudar. 

Ya era el turno de Lana para entrar al baño, y como corrían con el tiempo, entró y se despreocupó de la situación. Y así la fila avanzó hasta que todos los hermanos ya estuvieran listos para bajar a desayunar. El desayuno fue normal, normal para los Loud, la tensión entra las hermanas era casi inexistente, puesto que Lynn no se molestaba en mirar a Luan, o a cualquiera de sus hermanas mayores, La Verdad era algo que le costaba asimilar ¿Cómo pueden ver tanto dolor en alguien y no hacer nada? Y lo peor era lo que le esperaba en clases el día de hoy. Literalmente el día anterior había apaleado a medio mundo para que dejen en paz a su hermano y cualquier problema que tengan con él lo iban a solucionar con ella, sin mencionar que a nadie le gusta ser golpeado y avergonzado en público. 

Poco rato después terminaron todos de comer, y era momento de subirse a Camionzilla para emprender su viaje a las tres escuelas diferentes de los hermanos. Todos se subieron sin ninguna complicación y Lori comenzó a conducir, pero, a pesar de que este era un día diferente, no podía dejar de pensar en La Verdad que le había comentado Lynn. Ella no había hecho nada malo que recordase, pero claramente algo debió haber pasado para tener tal reacción por parte de su hermana, era algo que le afectaba y se veía que desde hace un largo tiempo.

Lori ya había dejado a Lily en el Jardín Infantil, y a las pequeñas Lisa, Lola, Lana y Lucy en la primaria, ahora se encontraban en la secundaria dejando a Lynn y Lincoln. Cuando abrieron la puerta para bajarse Lori tuvo el impulso nervioso de desearles un buen día escolar, al cual Lincoln respondió afectuosamente, pero Lynn la miró a través del retrovisor con una mirada insignificante mientras cerraba la puerta de la van.

¿Le Fallamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora