O1 ✩ A la distancia.

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   La cena de inicio de año siempre era deliciosa, pero esa vez Jeongguk no fue capaz de disfrutar siquiera el usual jugo de calabaza

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   La cena de inicio de año siempre era deliciosa, pero esa vez Jeongguk no fue capaz de disfrutar siquiera el usual jugo de calabaza. Los bocados de ensalada sazonada, las papas hervidas, todo pasaba por su boca de la manera más incómoda: él sólo tenía sus sentidos dirigidos al chico delante suyo, al otro lado del Gran Comedor. Sentado en la mesa de Slytherin, comiendo con la misma cara desanimada que tenía encima desde que se enemistó con Jeongguk, hablando sin observar a quién se dirigía. Ah, cómo extrañaba ver a Jimin sonriéndole desde el otro lado del Comedor, ahora ni siquiera se percataba de su presencia, pasaba sus ojos agudos y brillantes por los rostros de todos sus compañeros de mesa menos hacia adelante, donde podría ver a Jeongguk algo oculto por la multitud sentada entre ambos, observándolo atento con tristeza.

   A medida que pasaban los minutos, y los de primer año se acomodaban entre las mesas abarrotadas del Gran Comedor, Jeongguk se ponía más y más incómodo. Con ganas de irse a la Sala Común de Ravenclaw y hundir su presencia en la almohada más mullida, suave y reconfortante de todas las que estuvieran disponibles, no podía evitar escuchar cómo las personas cuchicheaban a su alrededor y le decían a los de primer curso todo lo que había pasado entre Jimin y él a finales del año pasado, claramente cambiando detalles cruciales y difamándolo a él de una manera bastante molestosa. Sentía cómo sus orejas se iban enrojeciendo más y más con cada cosa que escuchaba, por la vergüenza, la rabia. La ridiculización social de la que estaba siendo víctima por creer que él era un victimario.

   ─── ... y luego, nos maldijo a todos. No sólo a Jimin, si no que a todos. ─── escuchó murmurar a un chico de la mesa de Hufflepuff, detrás suyo.─── Dijo que si fuera legal usar un Imperdonable, lo habría conjurado ya para cada uno de nosotros. Le tenemos miedo y un poco de desidia, he de admitir. El chico se siente muy superior a todos nosotros, siempre estuvo con esa actitud desagradable suya que nunca me cayó bien. Elena Alcott, la chica de Gryffindor que te ayudó a levantarte cuando estuviste con el Sombrero Seleccionador, ella dice que se despertaba en la noche por culpa de un maleficio conjurado por Jeongguk mismo.

   ─── Oh, haz el favor de callarte, ¿quieres? ─── interrumpió en voz alta una muchacha de Ravenclaw, con el tono tan severo y grave que lograba intimidar a quien fuera que la escuchara. Jeongguk la miró de reojo, no queriendo involucrarse físicamente en la discusión por temor a las represalias, y pudo reconocer a Giselle Stirling. Ella nunca tuvo miedo de defender a quien pareciera necesitarlo.─── La mitad de lo que dices es mentira, y la otra mitad es una burda exageración, una de mal gusto, si me lo permites.

   ─── ¿Tu qué, Stirling? De repente te pones a defender a Jeongguk de la nada, y el año pasado estuviste siempre a un lado. ¿Por qué lo defiendes ahora? ─── arremetió el Hufflepuff, a quien el nombrado no quería ni verle la cara por lo incómoda de la situación. Giselle Stirling bufó y se dió vuelta en su sitio.

   Sentada ahora de cara a la mesa de Hufflepuff, se recostó en contra del borde de la mesa y cruzó los brazos. Jeongguk no podía ver bien su rostro, sobre todo porque ella estaba fuera del campo de visión de sus enormes gafas, pero sabía muy bien que la cara mosqueada de la adolescente era más seria y acusatoria incluso que la de la directora McGonagall.─── Que nadie me haya hecho caso al defender a mi compañero no significa que no lo haya hecho.

PRIORI INCANTATEM 𐙚 痛み . GGUKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora