Capitulo 7

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Hanna salió de la ducha, envuelta en una toalla y con otra secando su cabello. El insistente timbre de la puerta la irritaba. Su padre había salido apresuradamente tras una llamada de la empresa, dejándola sola. La persona tras la puerta no cesaba, y Hanna, impaciente, gritó.

­­—¡Ya voy!

Al abrir, se encontró con Graham, su mejor amigo, quien le ofrecía una sonrisa encantadora. Sin pensarlo, Hanna le cerró la puerta en la cara, molesta. Graham había olvidado por completo de ella, sumergido en sus estudios con Mandy Yang, su tutora. Hanna estaba feliz de que Graham se esforzara en psicología, pero su ausencia y falta de comunicación la enfurecen.

—¡Hanna! ¿Qué... qué haces? —se escuchó la voz confundida de Graham desde el otro lado.

Mirando por la ventana, Hanna pensó que Graham se había ido, pero recordó la puerta trasera. Corrió a cerrarla, pero era tarde; Graham ya estaba dentro.

—¿Por qué hiciste eso?

—Tal vez porque has olvidado que tienes una mejor amiga— se cruzó de brazos, molesta —¿Qué paso con Mandy?, ¿Se aburrió?

—¿Qué?, Mandy solo me está ayudando con psicología, nada más.

—¿Y eso significa olvidarse de mí? — Hanna frunció el ceño.

Graham ya se había dado cuenta lo mal que le caía Mandy Yang, a su mejor amiga. Pero, es que el sexto sentido que Hanna tenía, le decía que era ilógico que una chica, nunca antes vista como ahora, se acercara de la nada al chico mas popular de la escuela con el objetivo de ser su tutora porque, se encontraba arrepentida de haberlo insultado en aquella fiesta. Hubo un silencio sepulcral entre ambos, no hasta que el rubio habló.

—No quise... Vamos, Hanna, ¿qué puedo hacer para arreglarlo?

Hanna lo miró, su enojo desvaneciéndose ante la genuina preocupación en su rostro. Pensó muy bien en lo que ella ganaría y sonrió con malicia, logrando que su mejor amigo se arrepintiera de todo.

—¿Harás lo que sea? —preguntó

—Si sigues mirándome de esa forma, saldré corriendo— sentenció, dando un paso atrás al ver a la fémina acercarse

—Bien, tendremos día de skin care. Y harás todo lo que yo diga.

— Está bien, está bien— Graham intentó protestar, pero la mirada firme de Hanna lo hizo callar y terminaron subiendo al cuarto de Hanna, donde el rubio se tumbó confiado en la cama, esperando a que ella regresara con una variedad de productos para el rostro.

𝐅𝐎𝐋𝐋𝐎𝐖𝐈𝐍𝐆 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 // 𝐁𝐞𝐧 𝐏𝐥𝐮𝐧𝐤𝐞𝐭𝐭 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora