Contrato (MikeyxSenju)

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El día de la conferencia de prensa llegó y Mikey, con su habitual serenidad y aplomo, se presentó ante el público con una sonrisa encantadora y un porte impecable. Su presencia magnética atrajo las miradas de todos los presentes, mientras hablaba con confianza sobre el emocionante proyecto que estaba a punto de emprender.            

Para los espectadores, Mikey era un líder carismático y visionario, capaz de inspirar confianza y admiración en igual medida. Sus palabras resonaban con promesas de éxito y prosperidad, capturando la imaginación de aquellos que lo escuchaban. Cada sonrisa que mostraba era como una promesa a cumplirse muy pronto. 

Sin embargo, detrás de esa fachada de encanto y seguridad, se escondía la verdadera naturaleza de Mikey. En lo más profundo de su ser, era un egocéntrico y frío, cuyas acciones estaban motivadas únicamente por su propio beneficio. Para él, el proyecto no era más que una oportunidad para aumentar su riqueza y poder, sin importar las consecuencias para los demás. Nadie de su mundo conoce esa faceta de él a excepción de Senju Kawaragi, la amante que está con él por contrato. La única persona que sabe su verdadera personalidad de sus ideales. 

A medida que la conferencia de prensa continuaba, Mikey mostraba una habilidad magistral para manipular la percepción del público, manteniendo su imagen de líder benevolente mientras avanzaba sus propios intereses. Su carisma y encanto eran armas poderosas que utilizaba para ocultar su verdadera naturaleza a los ojos del mundo.

Y así, mientras el público lo aclamaba como un héroe, Mikey continuaba su camino, un egocéntrico y frío maestro de las apariencias, siempre pensando en sí mismo y en cómo podía sacar provecho de cualquier situación.

Los fuertes aplausos inundaron los oídos de Manjiro, él mantenía una sonrisa de agradecimiento. Ha cumplido con sus expectativas que ya tenía planeado. 

[Cafetería Tachibana] 

El aroma del café recién hecho llenaba la cafetería mientras Senju trabajaba detrás del mostrador, sirviendo con diligencia a los clientes habituales. A pesar de que había pasado más de una semana desde su encuentro con Manjiro, Senju se esforzaba por mantener una actitud profesional y centrarse en su trabajo, tratando de no dejar que sus pensamientos divagaran hacia él.

Con cada pedido que tomaba y cada bebida que preparaba, Senju intentaba mantener su mente ocupada y alejada de las complicaciones de su relación con Manjiro. Sabía que estaban juntos por contrato, que su conexión iba más allá de lo personal y se basaba en favores mutuos, pero a veces era difícil ignorar los sentimientos que habían surgido entre ellos o eso es lo que pensaba. 

Sin embargo, a medida que el día avanzaba y las horas transcurrían, Senju encontraba consuelo en la rutina de su trabajo y en la compañía de sus colegas. Conversaba con los clientes, compartía risas con sus compañeros y se sumergía en la calma reconfortante de la cafetería, encontrando un refugio temporal del tumulto de emociones que la asediaban.

A medida que el sol comenzaba a ponerse y el día llegaba a su fin, Senju se sentía más tranquila y serena, lista para enfrentar lo que fuera que el futuro le deparara. Aunque los recuerdos de Manjiro seguían flotando en su mente, estaba determinada a seguir adelante y concentrarse en su propio camino, sin importar las complicaciones que pudieran surgir en el camino.

Tuvieron que pasar muchos días para poder responder a la pregunta que su amiga le hizo ese día. Indiscreta se acerca al mostrador donde esta ella muy acoplada limpiando la barra del mostrador. 

—No me gusta. 

Dijo finalmente, provocando que Hina se detuviera con lo que estaba haciendo. 

—¿Qué?