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Cuando llegaron al lago, Jaehyun dejó las luces de la furgoneta encendidas en dirección a la orilla y aparcó lo más cerca posible de ésta. Sin esperar a ver lo que hacía Doyoung, se quitó toda la ropa excepto los calzoncillos y salió corriendo hasta zambullirse de cabeza en el agua.

Doyoung, por su parte, se quitó la ropa lentamente, doblándola en el asiento delantero, hasta quedarse en ropa interior y probar despacio el agua con un pie antes de retirarse y comentar.

—¡Dios, está helada!

—¡No me seas gallina! —retó Jaehyun antes de darse la vuelta y verlo en ropa interior.

Luego quedó mudo.

En esos momentos a Jaehyun se le hizo la boca agua por las ganas que tenía de volver a probar el sabor de su cuerpo, pero se contuvo y siguió observando la gran tentación que se hallaba al alcance de su mano.

Y mientras Doyoung se introducía poco a poco en el agua mojando su exuberante cuerpo, Jaehyun hacía lo posible por evitar abalanzarse sobre él, con una erección que era insensible al agua helada y que se hacía más grande a cada paso que daba Doyoung hacia él.

Jaehyun se alejó nadando como un loco cuando Doyoung estuvo a su lado, para evitar la tentación.

...

«¿Quién demonios se cree? ¿Flipper?», pensó Doyoung mientras nadaba despacio disfrutando del agua y flotando plácidamente boca arriba con el cuerpo relajado. En ese momento vio por el rabillo del ojo como Jaehyun se hundía una y otra vez y nadaba con dificultad; se acercó a él seguro de que necesitaba su ayuda, pero cada vez que Doyoung se acercaba él se alejaba, hundiéndose más en el agua.

—¡Te quieres estar quieto idiota, que te vas a ahogar! —gritó finalmente Doyoung enfadado, y Jaehyun reaccionó dejándolo hacer.

Cuando llegaron a la orilla, Doyoung lo ayudó a tumbarse sobre una toalla que había colocado en el suelo.

—Un calambre —comentó Jaehyun dolorido mientras se agarraba la pierna.

—Deja que te dé un masaje —propuso Doyoumg a la vez que acariciaba dulcemente su pierna dolorida.

—No creo que sea la mejor idea —explicó Jaehyun, pero seguidamente se tumbó en la toalla.

Doyoung masajeó con delicadeza su pierna dolorida haciéndole recuperar la sensibilidad, pero mientras aliviaba el dolor de su pierna también avivaba el de otro de sus miembros que a cada momento que pasaba estaba más caliente y duro. Así que, sin molestarse en explicarle el efecto que causaban en él sus caricias, Jaehyun lo apartó bruscamente de sí.

—Ya vale, la pierna está mejor.

—¡Pero qué narices te pasa! —gritó Doyoung enfadado, preparándose para llevar a cabo una de sus regañinas—. ¡En el agua por poco te ahogas, y aquí intento ayudarte y me apartas como si fuera la peste! Debes estar mal de la cabeza…

No lo aguantó más, verlo allí riñéndole con los brazos sobre la cintura, y el gesto fruncido, mientras miles de gotitas de agua acariciaban su dulce cuerpo cubierto únicamente por ropa interior… Eso lo llevó directo a la locura, y Jaehyun finalmente acalló sus palabras cogiéndolo entre sus brazos y besando sus labios con la ardiente pasión que latía en su interior impidiéndole emitir sonido alguno que no fueran los gemidos ardientes que no tardaron de salir de su boca.

¡Jaehyun estaba loco, se había abalanzado sobre él para besarlo como un idiota enamorado! Tenía que quitárselo de encima, pensaba Doyoung mientras se dejaba besar, pero el problema era que sus besos eran tan dulces, tan tiernos… Mordisqueaba su labio inferior con delicadeza y luego lo besaba calmándole el leve dolor, introducía su lengua en su boca y jugaba con la suya haciéndola arder y, sin apenas darse cuenta, responder a sus besos.

|El Chico Ideal| JaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora