Miradas

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Un público mirándome es algo que siempre he odiado.
Tener que exponer me hace vomitar cada que me paro en ese escenario.

Justo ahora, en frente de mis compañeros estaba temblando de arriba a abajo, sentía como el salón se encogía con cada paso que daba hacia el centro, los nervios empezaban a consumirme.

"¿Y si fallo? ¿Y si tartamudeo? Los voy a decepcionar a todos, voy a olvidar todo"
Todos esos pensamientos estaban en mi cabeza, y empeoraron cuando risas al fondo empecé a escuchar
"¿Se están riendo de mi? Seguro que si, mierda no se porque sigo aquí"

Intenté buscar el apoyo de mi amiga con la mirada, la encontré sonriéndome y dándome una sonrisa, no sirvió de mucho pero un poco más tranquila me sentía, o eso creía.

Cuando al fin estaba en el centro, me sentía como una atracción de circo, mi vista se nublo y la cabeza me dio vueltas, estaba a nada de desmayarme, las risas aumentarían, el apoyo de mi amiga había sido opacado por todos mis pensamientos, las risas y los nervios.

Mis ojos llorosos se pusieron cuando intenté hablar pero las palabras se convirtieron en un nudo en mi garganta. Había olvidado todo, había fallado y a mi misma me había decepcionado.

En ese momento rompí en llanto, enfrente de todos los que me observaban, me sentía enferma, con náuseas, todos ellos me miraban con más atención que antes, lo odiaba.

Cuando al fin pude sentarme, me hice bolita en mi asiento, repitiendo una y otra vez lo inútil que era, "ni siquiera puedo hablar en público, tienes que estar jodiendo"

La preparación que tuve, al esfuerzo en ese proyecto, no sirvieron de nada, mis manos temblaban, al menos ya no podía sentir sus miradas.

Cuando la clase termino, corrí al baño y me derrumbe, vomité una y otra vez, quedándome ahí el resto del día hasta que dieron la hora de la salida.

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Poemas de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora