Capítulo 2: Ira acumulada

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Es casi catastrófico como la ira se acumula en sus extremidades, esperando a ser liberada de la más violenta de las formas, pero también la más artística.

Mark no se considera una persona con un autocontrol cuestionable, aprendió artes marciales debido a la conexión sana que tenía con su cuerpo y lo paciente que era al comienzo, antes de que su trabajo se convirtiera en una pesadilla. En ese entonces, no se enojaba con tanta facilidad, tardo muchísimos años en golpear a una persona con la rabia nadando por sus venas junto al vino de su sangre.

Y en ese instante, desea incrustar su puño en solo una.

Su pierna impacta con fuerza en el muñeco frente a él, mantiene el rostro fruncido y desea gritarle, hacerlo pedazos hasta que no quede nada de ese maldito plástico contaminable. Sí, Mark Lee es una persona muy consciente del medio ambiente. Aunque es evidente que su ira nace por su tonto acompañante y no por el pensamiento recurrente de lo mucho que tardará en degradarse ese estúpido muñeco.

─¿Quién lo diría? ─una voz interrumpe sus pensamientos, pero no detiene los golpes acertados de sus extremidades─. Pensé que no te desahogabas de esta manera.

Una risa sin mucha gracia se escapa desde el fondo de su garganta oprimida, gira en su dirección, buscando la piel blanca detrás, pero Jeno anticipa su ataque y le detiene el puño como si fuese de las tareas más fáciles en todo el mundo.

─¿Qué te sucede ahora?

Mark no se rinde, mueve su otra mano para distraerlo, y en un rápido movimiento, logra derribarlo con su pierna.

Mira hacia abajo, el cabello negro sobre la colchoneta y los ojos profundos de Lee Jeno viéndolo fijamente, no está molesto en lo absoluto, sabe cuándo ha perdido y cuándo no. En esa ocasión, dejó que su preocupación le bajara la guardia y olvidara que Mark seguía en su campo de batalla. Extiende la mano y de un salto ya está en pie nuevamente.

─Supongo que ya estoy mejor ─suelta con orgullo y busca su botella de agua.

─Tenía mis dudas, pero ese comportamiento tuyo se le puede atribuir a una sola cosa ─ríe, arrastrándose por la sala de entrenamiento como si no llevase muchos años metido en ese lugar─. A una sola persona.

El canadiense hace una mueca de desagrado, bebe la mitad de la botella y llena sus mejillas de agua antes de contestar.

─Ni lo menciones.

─¿No has pensado en que Taeyong tiene algo planeado para ustedes dos? ─Jeno le pregunta con suavidad, buscando el lado sensible de Mark y esperando a que todo ese resentimiento se disipe lo más pronto posible, no le conviene que ande por los pasillos con el deseo latente de romperle la nariz al hijo del jefe─. Trabajan bien, quizá los deje así permanentemente.

─Dios me libre ─escupe─. Tengo la teoría de que solo busca sacarnos de quicio. Ante la mínima discusión o muestra de odio, nos enviará a los dos de regreso al inicio.

─Y claro, necesitamos mantener cierto grado de compañerismo.

Compañerismo, aquella palabra deja un mal sabor en su boca. Es absurdo que esperen lealtad entre espías, personas que han entrenado durante toda su vida para no confiar en nadie más, a veces, ni siquiera en ellos mismos. Arrebatados de vínculos familiares y sociales, siempre al borde de la muerte y con el peligro besando sus bocas. Es imposible sentir un gramo de humanidad cuando la competencia es la única emoción fuerte que les queda.

─Una mierda, no puedo creer que aún lo tenga pegado a mí como cinta adhesiva ─gruñe, de solo recordar todas las ocasiones en las que terminaron juntos, le dan deseos de romper algo─. Lo hubiese empujado por un acantilado hace tiempo si no fuese él.

1. DREAM SCAPE: Repetition | Markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora