Sadness #1

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Tetsu bebió de su café en silencio, sus ojos se veían llorosos, llenos de rabia y rencor, sus nudillos estaban enrojecidos y ardían como si fueran llamas.

Había terminado con su novia apenas unos minutos atrás, y había cometido el grave error de recurrir a la violencia, pero él en su mente no quería admitir que era un hombre agresivo, eso sería darle la razón a su ex novia, y prefería morir antes que darle la razón a esa mujer.

Terminó su tercera taza de café, sabía que le haría daño y le daría un insomnio infernal pero no importaba, no al menos en ese momento, nada importaba en ese preciso momento.

Hasta que de pronto, una persona se acercó tímidamente y habló, era una voz baja, suave, no supo distinguir si de un hombre o una mujer, pero era una voz tranquilizadora, una hermosa voz con matices andróginos.

—Hola, ¿Me puedo sentar aquí? Es que todas las mesas están ocupadas y necesito sentarme para acabar un trabajo.

Tetsu alzó la mirada y vió a una persona, llevaba una camisa azul, y unos pantalones negros y cargaba una carpeta y un bolso.
Su piel era tersa y blanca, como el papel, su pelo era largo y castaño oscuro, lacio y de aspecto sedoso; y tenía maquillaje muy leve puesto.

Parecía una chica, una muy linda, así que Tetsu, algo apenado por su imagen, asintió, forzando una sonrisa amable.

—Claro linda, siéntate.

La persona se sentó, algo confundida, y habló nuevamente.

—Gracias, ¿Pero por qué me llamas linda? Si yo soy un chico...

Tetsu se quedó pasmado, ¿esa hermosa criatura frente a él era un varón? Que raro, pero ésto despertó en él una "curiosidad" con tintes enfermizos, ya que sonrió, pero de una forma ciertamente desagradable, era una de esas personas que hacían acciones y cosas simples en algo desagradable o enfermizo.

—Eso no te hace menos lindo... Soy Tetsu, ¿Tú cómo te llamas?

El joven quedó algo incómodo por las expresiones de Tetsu, además de sus ojos inyectados en sangre y sus nudillos ensangrentados, pero optó por ser amable, y sonreír levemente.

—Es un placer Tetsu, yo soy Manabu, pero puedes llamarme Mana.
—Mana... Que nombre tan extraño, jamás lo había escuchado.

Tetsu seguía con esa espeluznantes sonrisa, pero Mana simplemente sonrió por presión y decidió dedicarse a lo suyo, sacó de su carpeta un cuaderno donde se veían distintos diseños de ropa, todos realmente bellos, y así, se puso a dibujar en silencio.

Tetsu torció los labios, frustrado que esa bella criatura lo estuviera ignorando por lo que él consideraba eran unos estúpidos dibujos. Sin embargo, sonrió, estaba decidido a ocultar su peor cara de este joven, así que le hablo suavemente.

—Oye, que lindos dibujos, ¿Me dejarías verlos, Mana?

Mana se sorprendió un poco y asintió, mostrando el cuaderno a Tetsu, quien empezó a mirar hoja por hoja, analizando cada diseño.

—¿Te gusta diseñar ropa? Que pasatiempo más interesante, y por cierto, tienes mucho talento.
—Oh, gracias. Y sí, disfrutó mucho esto, incluso mi sueño es abrir algún día mi propia tienda de ropa.
—Oh, ¿Y por qué no la abres? Si lo puedo saber...

Mana dudó un poco sí seguir la plática, pero decidió hacerlo.

—No tengo un local disponible, es eso.

De pronto, eso le dió una idea a Tetsu, quien sin dejar de sonreír habló, fingiendo de manera magistral empatía y comprensión.

—Que coincidencia, yo tengo un local a mi nombre, ¿Sabes? Te lo rentaría a un precio accesible, y empezarias tu negocio de ropa, ¿Qué dices?

Manabu miraba incómodo a Tetsu, quien sonreía todavía, aunque en sus ojos se veían algunas intenciones más allá del simple altruismo de prestarle el local.

—Descuida, pronto un amigo me conseguirá un local y...

Justo en ese momento sonó el claxon de un auto y ambos hombres voltearon a la dirección de dónde venía el sonido.

En un auto estaba un hombre con el pelo teñido de rubio, que le hacía señas a Mana, para después exclamar con una voz amistosa.

—¡Ya vámonos Mana! Todavía debemos arreglar la van, y recuerda que hoy es noche de karaoke.

Mana al ver al chico suspiró aliviado y en cuestión de segundos guardo todos sus dibujos, esto a Tetsu no le pareció gracioso, ¿Quién era ese estúpido que con unas palabras podía alejar a Mana de él? 

Rápidamente, Tetsu agarró la mano de su acompañante, pero no de forma suave, sino de manera brusca y ciertamente, amenazante.

—Hey, no me dijiste si llegaríamos a un acuerdo, quédate un rato, ¿Sí?

Mana se quejó en voz baja, notando que su mano se ponía roja ya que las uñas de Tetsu se clavaron levemente en su piel. Rápidamente apartó la mano y sujetó su carpeta, tratando de no actuar asustado o de forma grosera.

—Debo irme, adiós Tetsu.

Y sin más, Mana salió corriendo del café hasta el auto, se subió y esté arrancó, alejándose por la calle.

Tetsu hizo una cara de disgusto, estaba obviamente molesto, había perdido la oportunidad de hablar con esa tierna criatura que ya había cautivado su atención, y despertado sus instintos más violentos.

Sin embargo, al posar sus ojos nuevamente en la mesa miró algo que le pareció un rayo de esperanza en la joven tormenta que era su nueva obsesión. En la mesa había una pequeña tarjeta que era ni más ni menos que una tarjeta de negocios de Mana, que incluía una red social y su número de negocios, vaya suerte tenía...



En el auto, Közi, el chico de pelo rubio, le preguntaba cosas a Mana, sobre aquel extraño hombre en el café, con quién compartía mesa.

—¿Y quién era ese sujeto? Daba un montón de miedo.

Mana suspiró, algo nervioso de recordar la cara de Tetsu, sus ojos inyectados en sangre, sus nudillos sangrientos y esa maldita sonrisa, que daba una imagen siniestra.

—Era un rarito que me cuestionaba mil cosas. Y mira, lastimó mi mano, porque no quería que me fuera.

Közi se quedó sorprendido, mirando la mano de su amigo, mientras frenaba en un semáforo en rojo.

—Vaya imbecil. Por suerte ya estás lejos de él.
—Sí, por suerte estoy aquí contigo...




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Putes, está es una historia nueva que voy a estar actualizando junto a la otra, ya que la otra historia está por finalizar.

Tengo también algunas ideas extra para seguir escribiendo, espero que les guste.

Les dejo una imagen de Atsushi con una tanga, gracias.

𝕿𝖍𝖊 𝕾𝖆𝖓𝖘 𝕷𝖔𝖌𝖎𝖖𝖚𝖊 𝖆𝖓𝖉 𝕸𝖊𝖒𝖔𝖎𝖗𝖊 𝕾𝖆𝖌𝖆𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora