Prologo

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El día empezó tranquilo por lo que salió de la comodidad de su casa para hacer las compras, entrando al mercado tomo una canastita y se paseó por los pasillos echando cualquier cosa que le interesaba llegando al pasillo del alcohol, observo una botella de vodka pensando detenidamente si llevarla o no, una vez pensado estiro su mano rozando con otra. Instintivamente la alejo y miro, al contrario.

—Ah, lo siento no vi su— ¿Polon...?

Cubrió su boca con ambas manos preocupado miro a su alrededor como los miraban de reojo y cuchicheando, suspiro y miro al sujeto, cabello negro y ojos de color azules como los zafiros.

—Conoces las reglas ¿No? –. El chico asintió. —Entonces no digas deliberadamente el nombre de las personas.

El tipo volvió a asentir y señalo su boca, el polaco comprendió y las quito aclarando su garganta.

Silencio incomodo.

El albino suspiro y se alejó yendo a la caja registradora que para su mala suerte el tipo le siguió con una botella de vodka en la mano colocándose detrás de el en la misma fila, después de pagar todo camino hacia la salida, ya quería llegar a su casa lástima que el tipo de antes lo detuvo.

Este le entrego la botella de alcohol, confuso le miro queriendo preguntar el pelinegro se apresuró a responder.

—Créeme te hará mucha falta, Ryszard.

Y se alejó. Muchas cosas vinieron a su cabeza, pero no era el lugar para pensarlo por lo que regreso su hogar solo para que al llegar hubiera soldados de alto rango esperando en su patio.

—¡Ey! Cuanto tiempo sin verte Albin, sabes, sucedieron unas cosas y necesito que me acompañes, claro si no tienes nada más importante por hacer.

Pudranse todo.

15 dias molestandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora