Los viajes en el tiempo y las aventuras de Aome por fin habían terminado pero el destino tenía otros planes para ella. Ella regresó a la Era Moderna con la intención de seguir adelante con su vida hasta que un día, cuando visita el pozo devorador de...
Un par de días más tarde, Sesshomaru e Inuyasha se fueron y una semana después se celebró la boda del Şehzade Cihangir y Alicia. Fue un evento único y maravilloso, se había celebrado con tanta dicha y felicidad. La noche de bodas, Cihangir y Alicia viajaron a su palacio que estaba en la provincia de Valencia.
Esa misma noche, la sultana Hurrem estaba preparando a Aome para enviarla con Mehmet. Se había puesto un conjunto de tres piezas para danza del vientre color morado que la sultana Hurrem había escogido exclusivamente para ella.
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Hurrem:Eres muy bella, Aome. Debes usar eso a tu favor.
Aome solo asintió.
Hurrem:Pase mucho tiempo preparándote y enseñandote para cuando llegara este momento así que no me decepciones. Quiero que hipnotices a mi hijo con tu belleza y todo tu ser.
Aome:Así será, sultana.
Cuando la sultana Hurrem terminó de arreglar a Aome, se acercó a ella con una sonrisa satisfecha el rostro.
Hurrem:Por fin estás lista, Aome. Ahora ve.
Aome sonrió y acompañada por una criada de la sultana, salió de sus aposentos. Sümbul la estaba esperando afuera.
Sümbul:Señorita Aome-sonrió contenta.
Él la había comprado y al principio estaba muy molesta con el por eso pero ahora estaba agradecida con él por eso.
Sümbul:Yo la llevaré a los aposentos del Şehzade Mehmet.
Aome:Gracias, Sümbul.
Sümbul Agha llevó a Aome hasta los aposentos de Mehmet y uno de sus guardias entró para avisarle a Mehmet de la llegada de Aome.
Sümbul:Le deseo suerte, señorita Aome.
Aome:Gracias, Sümbul.
Sümbul:Pero al portar la belleza de una flor de primavera, no necesita suerte.
Aome le sonrió agradecida.
El guardia volvió a salir y junto a otro guardia le abrieron las puertas a Aome.
-El Şehzade Mehmet la espera.
Aome respiró hondo antes de entrar a los aposentos de Mehmet.
Con la cabeza baja, caminó hacia su cama, donde él se encontraba sentado. Aome se arrodilló y besó su túnica. Mehmet acercó su brazo y tomó a Aome del mentón para que lo mirara directo a los ojos.
Para Aome, Mehmet era el hombre más atractivo que había conocido, cabellos negros y cortos, hermosos rasgos, ojos azules y piel color marfil. Su mirada reflejaba amor pero a la vez dominación, lo que hacía a Aome temblar.
