CAPÍTULO 3: PRISIONERA DE LAS SOMBRAS.

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LYRA

Abro los ojos lentamente, mi cabeza da vueltas y por un momento, no puedo recordar dónde estoy ni cómo he llegado aquí. Solo sé que esta habitación no es la mía, las paredes negras no se parecen en nada a las mías lilas con flores. Pero entonces, el recuerdo de la noche anterior me golpea como un puñetazo en el estómago, y el pánico se apodera de mí.

Draven me ha secuestrado.

El rápido latido de mi corazón resuena en mis oídos cuando me doy cuenta de que mis manos se encuentran atadas a la cama con cuerdas, y un escalofrío recorre mi espalda mientras el miedo se apodera de mí.

- No, tranquila, Lyra - me digo a mí misma en un susurro tembloroso.- Debo mantener la calma.

Respiro profundamente, tratando de controlar mi respiración acelerada, y mi mente comienza a trabajar para ver cómo me puedo liberar. Intento ver si a mi alrededor hay algo que pueda usar para romper las cuerdas y entonces cuando miro hacia la mesa que se encuentra al lado de la cama lo veo, un vaso de agua.

Mis labios se curvan en un gesto de alivio mientras me esfuerzo por alcanzarla con mis dedos, las cuerdas no me dejan moverme con agilidad así que me las apaño como puedo para coger el vaso y de un estallido lo rompo contra el cabezal de la cama. Cojo un trozo del cristal roto y lo utilizo para cortar las cuerdas que me mantienen prisionera.

Una vez liberada, me incorporo de la cama y me acerco a la puerta con la esperanza de que esté abierta pero como estaba claro está cerrada con llave.

Un suspiro de frustración escapa de mis labios, y mi mirada se desvía hacia la ventana, la única vía de escape que me queda. Me acerco con determinación, mis alas ansiosas por liberarse y llevarme lejos de este lugar de pesadilla.

Mis alas son blancas como la nieve, pero tienen destellos rojos y dorados, con un movimiento fluido las despliego. Mi corazón se hunde cuando descubrió que la ventana también está cerrada y esta vez parece que con magia.

-Vale Lyra sigue manteniendo la calma- me digo a mí misma mientras pienso otro plan de escape- puedo derribar la puerta, no puede ser muy complicado solo está cerrada con llave.

Con toda la ira que siento cojo espacio para poder correr y derribar la puerta, pero cuando lo intento de repente se abre la puerta y chocó contra un duro cuerpo. Me tambaleo hacia atrás, mi corazón no deja de latín mientras mi mirada se encuentra contra la de Draven y su presencia oscura y amenazante llena la habitación.

-  ¿A dónde pensabas ir, Lyra? - su voz es un susurro helado, pero su tono está impregnado de una burla cruel que hace que mi sangre hierva de furia.

- ¡No tienes derecho a retenerme aquí, Draven! - grito, mi voz resonando con una furia que apenas puedo contener mientras me enfrento a él con ojos llenos de desafío- ¡Quién te has creído que eres!

Mi voz retumba en la habitación, pero Draven apenas parpadea ante mi arrebato de rabia. Se acerca a mí con pasos lentos y firmes, su mirada penetrante clavada en la mía con una intensidad que me hace retroceder instintivamente.

-  ¿Cómo te has liberado, Lyra? - pregunta con un tono frío y calculador, su expresión impasible mientras me observa con curiosidad y desdén.-  ¿Acaso no te enseñaron a no subestimar a tu enemigo?

Mi mandíbula se tensa con fuerza, el calor de la ira ardiendo en mi pecho mientras me enfrento a él con una determinación feroz.

- No subestimes mi fuerza, Draven - digo con voz firme, mis ojos lanzando destellos de desafío.

El agarre firme de Draven en mi brazo me hace estremecer mientras me arrincona contra la pared, su presencia imponente eclipsando mi espacio y dejándome sin aliento. Sus ojos oscuros me estudian con una intensidad penetrante, como si estuviera buscando algo en lo más profundo de mi ser.

- Lyra, si te calmaras podríamos hablar como personas civilizadas - su voz es un susurro amenazante.-  ¿No te enseñaron a ser educada en tu reino? Una princesa no puede tener esos modales.

Una risa despectiva escapa de mis labios antes de que pueda detenerla, su sarcasmo no hace más que enfurecerme.

-  ¿Tú? ¿Una persona civilizada? - mi voz está llena de burla mientras lo miro con desprecio.- Ni siquiera podrías ser decente si nacieras de nuevo, Draven.

Un destello de frustración cruza sus ojos oscuros antes de que desvíe la mirada.

- Sería mucho más fácil si cooperaras, Lyra - su tono es firme, pero con impaciencia.

- ¿Fácil? - mi risa suena áspera y llena de incredulidad mientras lo miro con dureza.- ¿Crees que cooperar contigo sería fácil después de que me has arrastrado hasta aquí contra mi voluntad?

Un destello de frustración cruza su rostro y apretó el agarre de su mano en mi brazo.

- Lyra, no tenemos tiempo para este juego de niños - su voz es firme, pero hay un atisbo de impaciencia en sus palabras.- Hay vidas en juego, incluyendo la tuya.

Mis labios se curvan en una sonrisa burlona mientras cambió las tornas, utilizando mi fuerza para arrinconarle contra la pared con un movimiento rápido y decidido.

- Explícame por qué estoy aquí, Draven - mi voz es un susurro amenazante, pero firme en su demanda de respuestas.- ¿Por qué me has secuestrado? ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?

La mirada de Draven se oscurece ante mi desafío, sus ojos brillan con una mezcla de frustración y algo que no logro reconocer.

- Lo que dicen sobre Varnoth es real, Lyra - sus palabras son un murmullo amenazante, pero también hay una súplica oculta en ellas.- Necesito tu fuerza para poder idear un plan contra él.

No puedo evitar reírme con amargura ante su declaración.

-  ¿Y tú esperas que te crea? - mi voz suena llena de desprecio mientras lo enfrento con una mirada desafiante.-  Aquí el villano eres tú y tu padre que está muerto justo por ayudar a Varnoth.

La furia destella en sus ojos mientras su mano se cierra alrededor de mi cuello, su agarre me ahoga mientras me vuelve a empujar contra la pared. Puedo sentir su aliento cerca de mi rostro mientras habla.

- No tienes ni idea de cómo son las cosas realmente, Lyra - su voz es un susurro amenazante, su aliento rozando mi piel con un escalofrío helado. - Y he sido demasiado amable contigo hasta ahora, si quieres que las cosas sean por las malas que así sea.

Con un gesto brusco, me empuja hacia la cama con una fuerza que me deja sin aliento, el colchón amortiguando el impacto mientras caigo de espaldas. Veo cómo se aleja, su figura envuelta en sombras mientras conjura un hechizo para cerrar la puerta detrás de él, dejándome atrapada en la oscuridad, de nuevo.

Entre el cielo y la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora