Caos obsesivo

793 84 16
                                    

Advertencia +18

La puerta se cierra tras los doctores que nos han dejado solos. El aire de la habitación es tenso y frío, causando un escalofrío en mi columna. No me gusta esto.

Los ojos de Darien son penetrantes, afilados, gatunos. La ultima luz del sol deja de iluminar la habitación y ahora la tenue luz de la luna se filtra por la ventana enrejada de la habitación.

Sus dedos siguen sosteniendo mi barbilla, y ahora sus dedos trazan pequeñas caricias a lo largo del costado de mi rostro. Sus dedos son ásperos, con pequeños callos; pero, aun así, son delicados.

-Enfócate en mí, mia cara -Lo profundo que suena su voz, mezclado con ese acento italiano enciende algo en mí-. ¿Cómo se atreven estas ratas privarme de ti, amore?

Contrólate. Está loco. Es un psicópata.

Parece que mi mente no conecta con mi cuerpo. Porque abro un poco las piernas cuando él empuja su cuerpo, metiéndose entre mis piernas. Su estupenda y ridículamente altura se alza sobre mí y sus manos trazan la curva de mi cadera hasta posarse en mis muslos.

¿Por qué no me quité el pijama?

Siento la respiración cortarse en mi garganta cuando sus dedos se enroscan en el borde de mi short de pijama, jugueteando con él. Jódete, es mi paciente, Dios.

-Darien... -Pongo mis manos en su pecho, empujándolo suavemente mientras mi voz sale temblorosa-. Compórtate. Esto es inmoral. Inapropiado.

Entreabre esos malditos labios carnosos, soltando una melodiosa y ronca risa. Inclina su cuerpo de nuevo sobre mí y sus manos caen a mis costados, aprisionándome. No puedo evitar mover mi mirada a sus brazos; con sus músculos flexionados por la fuerza que ejerce al sostener el borde la mesa.

-Inapropiado. Inmoral... -Darien repite, frunciendo sus labios en un mohín burlón-. Si fuera el caso, ya me habrías atado, sedado. ¿Verdad, amore?

Touché.

Me enderezo y mis ojos se desvían, con la vergüenza acumulada. Maldito, dio en el clavo. De repente, siento como el aire que flota entre nosotros se vuelve más pesado, más caliente.

-Eres el ser más hermoso en que he posado mis ojos -Sus labios ahora acarician mi cuello, dejando trazos de pequeños besos fogosos en él-. Supieras las noches en vela que he pasado. Pensándote, hasta el punto de que siento que perderé la cabeza.

Sus dientes tiran de mi piel suavemente, mordisqueando mi piel sensible. Un gemido involuntario sube por mi garganta, terminando en mis labios. Siento el calor expandirse en mi vientre bajo, causando una pequeña humedad en mi coño.

Sus hábiles dedos se enroscan de nuevo en mi short y esta vez, descienden por debajo de mi short, hasta llegar a mis bragas, ya húmedas. Estoy malditamente caliente y necesitada. De él.

-Tan húmeda para mí... -Su boca asciende hasta mi oreja, la cual muerde ligeramente y su palma palpa mi humedad sobre las bragas-. Eres una jodida joya, tesoro.

Otro gemido escapa de mis labios cuando mueve a un lado mis bragas e introduce un dedo en mi coño, deslizándose fácilmente por la humedad. Su dedo comienza un maldito mete y saca, haciéndome retorcer y montar su dedo.

-Tranquila, mia cara -Su risa se profundiza en mi interior, humedeciéndome más. Su dedo bombea mi coño y me aferro al borde de la mesa, abriendo más mis piernas para darle más acceso.

Deja de hacer aquel bombeo en mi interior y su dedo se desliza fuera de mí lentamente. Jadeo ante la falta de llenura en mí y Darien vuelve a reír. Hijo de puta.

IMAGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora