⭒𝘢𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭: 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘺⭒

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Jake dejó el teléfono a un lado de la mesa, volviendo a llevar la taza a su boca, tomando un sorbo. - Heeseung dijo que ya venía por mí.

-Oh -puchereó el menor. -Bueno, al menos estuvimos un rato juntos, y me trajiste brownies.

-Sí, quisiera visitarte más seguido, pero ya sabes -se encogió de hombros. -Medicina a veces es tan... Desgastante.

-Puedo imaginar que sí -asintió. - Heeseung hyung también debe estar cansado; pensé que llevaría la misma carrera que Jay y Riki hyung, pero se fue contigo a medicina.

-Psicología, Wonnie -rió.

-¿Qué no es medicina también?

-Sí y no, pero no quiero darte la charla de la vida.

-Bien, bien -escuchó los golpes en la puerta, dirigiéndose allí seguido del pecoso.

Se asomó por el pequeño hueco que había en el lugar, afirmando que era el novio de Jake quien estaba en la puerta; entonces abrió.

-¡Hyung! -saludó.

Jake simplemente le sonrió, no había mucho que decir para describir la felicidad que le daba con tan solo verlo.

-Hola, pequeño -devolvió el gesto. -¿Estás bien? ¿Todo ha estado bien?

-Todo en orden, hyung.

-Me alegro por ti -extendió su mano hasta Jake, quien la tomó acercándose a él. -Wonnie, quisiera quedarme a hacerte compañía, pero realmente quiero dormir.

-Oh, no te preocupes, Jay vendrá en un rato.

-Vendré cuando tenga otro día libre, ¿sí? -el pecoso le sonrió. -Cuídate, Wonnie.

-Sí, descuiden -devolvió el gesto. -Vayan a descansar, nos veremos otro día.

-Cuídate, pequeño; y salúdame a Jay -rió. -Vamos, pequitas.

Y luego el chico los vió alejarse y dirigirse al auto del mayor para emprender camino a su departamento, cerca de la universidad a la que asistían.

Nunca pensó que Jake escogería medicina, a Heeseung siempre le tuvo aires de psicólogo, así que era de esperarse.

Cuando cerró la puerta, dejó lo que habían usado en el fregadero, ya tendría tiempo de lavarlos más al rato, entonces subió a su habitación.

Justo cuando llegó, escuchó sonar su teléfono, y entre todo el desorden de cosas que estaba en el suelo, JungWon buscaba el aparato que tanto hacía ruido.

Había llegado tan cansado la noche anterior a su casa y simplemente arrojó el teléfono quién sabe por dónde, y ahora, gracias a eso no lo encontraba.

Eran sólo dos tonos que él podía distinguir; el que le había puesto a Jay y el de su trabajo, o bien el de su jefe.

Recién había entrado a la universidad, graduándose con uno de los altos promedios, y de verdad esperaba a que le sirviera de algo para buscar un buen trabajo.

Sin embargo, el que sonó, fue el nada más y nada menos que el tono de Jay.

Cuando por fin lo encontró, se apresuró a contestarle; quería escuchar su voz desde que se fue en la mañana.

-Jay, hola -suspiró, colocándolo en altavoz para acomodar un poco las cosas de la habitación. -Lo siento, no encontraba mi teléfono.

-No te preocupes, bebé -rió. -¿Qué estás haciendo? ¿Estás ocupado?

-Mm, no, Jake acaba de irse. Heeseung dijo que te manda saludos, por cierto y hace un rato llamó Minho hyung, que si podía cuidar a JongHo y a San en la noche -levantó un libro. -Pero ahora mismo no estoy haciendo nada, ¿por qué?

*°• ᴀᴍɴᴇꜱɪᴀ - ᴊᴀʏᴡᴏɴ •°*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora