Desde su infancia, Treshal había sido testigo del ambiente opresivo que reinaba en su hogar.
Sus padres, más parecidos a sombras que a figuras paternales, la sometían a un trato
despiadado, como si fuera una simple criatura sin voz ni voto. Prohibida de salir al exterior y
privada de cualquier contacto humano, su única conexión con el mundo era a través de la
ventana de su habitación, donde un cuervo, enigmático y elegante, se posaba día tras día.
Era como si aquel cuervo, con su mirada penetrante, fuera el único ser capaz de entenderla.
Treshal encontraba consuelo en la presencia de esa criatura misteriosa.
Un día, harta del maltrato de sus padres, tomó una decisión: escapar. Sin rumbo fijo, se
aventuró en el bosque, buscando la presencia reconfortante del cuervo.
Al llegar al lugar donde solía posarse el cuervo, Treshal esperó en silencio. En poco tiempo,
el cuervo apareció, su graznido resonó en el aire y echó a volar.
Sin dudarlo, siguió al cuervo adentrándose en lo más profundo del bosque.
A medida que avanzaban, más cuervos se unían, formando una procesión silenciosa que
parecía guiar a Treshal hacia su destino desconocido.
Finalmente, llegaron a un claro donde cientos de cuervos se congregaban. En el centro del
claro, una imponente figura se alzaba entre las sombras.
Esos son los últimos recuerdos de Treshal.
Tiempo después, sus padres tomaron la decisión de adentrarse en el bosque al no dar con ella en ningún lugar.Se temían lo peor, sabían que no debían entrar al bosque. Aún así, lo hicieron y encontraron a
su amada hija, sin vida y sin sus ojos.
Y esa fue la última imagen que contemplaron en vida, aquella niña a la que tanto amaban y
no sabían cómo proteger. Claramente, el cautiverio no fue la mejor idea. Pero ya nada
importaba, se volvieron a reunir para la eternidad.
En el momento que entraron al bosque, conocían su destino.
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Ilusa Libertad
FantasíaTreshal decide huir de la vida de maltrato que le han dado sus padres desde su nacimiento. Su salvación es un enigmático cuervo.