Koltan

0 0 0
                                    

Se perdió en la locura, había pasado toda su vida en aquel bosque. Las bestias lo vigilaban, no
tenía escapatoria. Su destino estaba decidido desde el momento que nació. Nunca se había
cuestionado nada, cumplía con su eterna tarea a la perfección. Y le encantaba. Segaba
cualquier alma que se adentrara en el bosque, para él no eran nada.
Las bestias se alimentaban de los recipientes de las almas cuando eran segadas. Cada raza
tenía su parte asignada. Los más astutos y quienes atraían las almas podían elegir su parte del
cuchumbo y ser los primeros en degustar la presa. Siempre eran los cuervos, los preciados
amigos de Koltan.
Los úrsidos eran encargados de hacer sonar el Gjallarhorn cuando los cuervos aparecían junto
al recipiente. Los iribú ya no tenían más tarea que esperar a que Koltan hiciera su trabajo.
Entonces, irían directos a disfrutar los clisos del cuchumbo.
Las almas se mantenían en el bosque, obligadas a darle el sustento necesario para mantenerse por siempre.

Uno de los escasos irbis que convivía en el bosque, se percató de ciertos cambios que estaban
surgiendo en Koltan, avisando a los iribú por si descubrían la razón.
No solo los irbis notaron el cambio en la actitud de Koltan, a todos les extrañaban sus
recientes comportamientos.
Un cuchumbo llamado Treshal había provocado aquello.
Koltan comenzó a cuestionar su papel como segador y el sistema que regía el bosque. Los
cambios en su actitud se hicieron evidentes: en lugar de segar las almas sin cuestionar,
comenzó a conversar con ellas, a escuchar sus historias.
Esto despertó la curiosidad y el interés de algunas bestias del bosque, que comenzaron a
cuestionar también su propio papel. Los úrsidos no podían permitir el reciente cambio que
surgía en el bosque.
Treshal, el cuchumbo que había provocado estos cambios, era un alma rebelde que se negaba
a someterse al destino impuesto por el bosque. Sus palabras y acciones inspiraron a Koltan a
replantearse su vida y su propósito.
Koltan decidió enfrentarse al sistema establecido, desafiando a las bestias que gobernaban el
bosque y proponiendo un nuevo orden donde las almas fueran libres de elegir su destino.
Junto a todas las almas del bosque, Koltan lideró una revuelta que culminó con la caída de las
bestias y la liberación del bosque.
Koltan renunció a su papel como segador para dedicarse a proteger y guiar a las almas en su
viaje hacia la paz. Se convirtió en el guardián del bosque, asegurando que nunca más se impondría un destino sobre aquellos que lo habitaban.

Los cuervos demostraron ser leales amigos de Koltan, dispuestos a seguirlo en su búsqueda
de justicia y libertad. El papel de los iribú fue fundamental en la creación de un nuevo orden donde las almas pudieran elegir su propio destino.

Ilusa LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora