⌗𝟎𝟗.

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Hunter:





Escucharla hablar, era sin duda, un deleite para mí. Odette podía pasar incontables horas hablándome, diciéndome las cosas que le gustaban y lo que no, contándome historias que sólo ocurrirían en su mente y explicándome las cosas que no lograba entender. Sin embargo, ella aún era un enigma para mí.

Los días siguientes, durmió acompañada del peluche de conejo que le habían regalado. En la libreta que le obsequié ya tenía varios dibujos hechos, y en el álbum extraño había pegado una foto conmigo en contra de mi voluntad. Con respecto a la Estrella Polar que le di, la cuidaba cómo si fuese la pieza de diamante más valiosa en el universo. Dijo que si llegaba a perderla o a dañarse, perdería la escencia mía que había quedado impregnada al haberla comprado con "cariño" y haberla tenido en mis manos.

No la entendía, pero prefería quedarme con las dudas que cuestionarla, puesto a qué arruinaba sus infantiles ilusiones.

Ahora salía mucho más del castillo, iba a verse con los hermanos Blight y con otros amigos que no quiso nombrar, pasaba tiempo con Clawthorne y ya teníamos un amplio número de personas para entrenamientos de práctica.

En una oportunidad, mientras la observaba en un pequeño duelo con otro de los Exploradores nuevos, Steve se me acercó.

—Es buena —dijo algo agitado.

Él había tenido su práctica con Oddy hacía unos minutos.

—Ella quiere continuar, pero no creo que sea seguro —dije serio—. Lleva mucho tiempo en esto y no ha descansado. Creo que voy a detenerla.

Me preocupaba un poco su salud. Ella decía estar bien, pero al recordar todo lo que le pasó y que nos dijeran que podían quedar secuelas, me preocupaba el hecho de que sí le pasara algo serio.

—Hermano, parece que estás empezando a quererla, ¿no? —Steve se rió un poco.

En ese preciso momento cuando iba responder, el chico con el que Oddy estaba peleando la derribó golpeándola en la cara. Me levanté rápidamente para gritarle, pero ella se adelantó y lo derribó como aquella vez hizo conmigo.

Luego recordé la presencia que tenía a mi lado, y volví a sentarme.

—¿P-por qué crees eso? —pregunté un poco nervioso—. Solo me aseguro de cumplir correctamente con mi parte del trato.

—Bueno, si sólo estuvieses atado a eso, sólo te preocuparía lo que verdaderamente pusiera en peligro su vida —respondió Steve con un aire sabio—. Pero, te das cuenta de que empiezas a querer a alguien cuando hasta el mínimo detalle te preocupa o te encanta.

¿Qué?...

—Además, no puedes negarme que tu pensar al ver que la golpearon, era sermonear al chico, ¿verdad? —añadió.

No sabía qué decir. Me tragué todas mis palabras. Era cierto lo que decía. Había dejado de preocuparme solo por lo verdaderamente peligroso hacía días atrás, y todo lo que proviniera de ella me tenía fascinado. Especialmente la melodía que hacía sonar para indicarme su felicidad.

Sentí que me sonrojaba.

—Oye...¿tú sabes cuál es la diferencia entre querer y amar a alguien? —pregunté temerosamente.

En ese momento, la mirada transparente de Oddy se había encontrado con la mía, haciéndome sentir aún más nervioso que antes.

-—Cuando quieres una flor, sencillamente la arrancas —explicó—. Pero cuando la amas, la cuidas y riegas todos los días.

Yin-Yang | The Owl House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora