Capítulo 3

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La mañana llego y el peliverde salió de la habitación en silencio. Sentía su cuerpo adolorido y el ardor de los golpes era aún más insoportable que la noche anterior. Se sujetó con cuidado del barandal de la escalera y soltó un suspiro.
Esta no era la idea de un matrimonio feliz, esto no era lo que había vivido con sus padres. Aunque a veces tenían diferencias, era obvio que se amaban y su padre jamás había puesto una mano encima a su madre. No, definitivamente esto no era lo que quería. Pero estaba aterrado y no sabía que debía hacer.

– ¿Rin? -el castaño salió de la habitación y se acercó a las escaleras- ¿Qué haces despierto?

– Iba a preparar el desayuno, tengo hambre..

– Bien, gracias.. yo debo ir a trabajar, así que por favor hazlo.. me daré una ducha..

– Claro, c-cariño -sonrió un poco y bajo el resto de las escaleras, caminó hacia la cocina-

Una vez que entro a esta, tomó algunos ingredientes y comenzó a preparar algo sencillo. No era un gran cocinero, pero tenía que hacerlo si no quería hacer enojar nuevamente al castaño. No soportaría más golpes o gritos. Tenía que fingir que todo estaba bien, tenía que hacer lo que él le dijera, al menos cuando lo tuviera cerca. Y con suerte, podría salir cuando esté se fuera y volver a tiempo. No iba a dejar de ver a sus amigos. Pero tenía que ser más listo que su esposo y hacer las cosas bien.
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Una vez que terminó de preparar el desayuno y de servirlo en los platos, tomó estoy y los llevo al comedor. El castaño se acercó a él y lo jalo hacia él, lo pego con brusquedad sobre su cuerpo.

– Me gusta que seas así.. que entiendas lo que ahora eres mi esposo y debes actuar como tal

– Si, está bien.. -sonrió- ojalá te guste el desayuno, cariño.. aunque no es mucho, pero prometo aprender a cocinar

– Eso espero.. no me gustaría tener que reprenderte si no lo haces.. -sonrió y le dió un beso en los labios- yo debo irme a trabajar..

– Si, está bien.. desayuna para que no se te haga tarde..

– Oh, ¿Tienes prisa de que me vaya, Rin?

– N-no.. solo no quiero que tengas problemas en el trabajo..

– Más te vale que no estés planeando alguna tontería, Rin -lo tomó con fuerza de las mejillas- porque no quiero volver a pegarte..

– Nghh.. no.. no haré nada malo, Ryota.. descuida.. -se zafo con cuidado y se sentó- desayuna.. se va a enfriar..

– Está bien.. -se sentó y comenzó a desayunar- pero en serio Rin, no se te ocurra salir..

– No lo haré, no te preocupes.. -sonrió un poco y siguió comiendo- seré un buen esposo y obedecere..
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Una vez que se aseguró que el auto del castaño se alejaba lo suficiente, corrió hacia la habitación y tomó algo de ropa limpia para cambiarse, se colocó unos lentes oscuros para cubrir los pequeños moretones y cubrió lo más que pudo su rostro. Tomó el pequeño juego de llaves de la mesita y bajó apresuradamente las escaleras. Se acercó a la puerta y salió del departamento. Soltó un suspiro.

No sabía a dónde iría, pero tenía que salir de ese lugar. No quería ser un prisionero, esa no era su idea de vivir feliz.
Después de mucho pensarlo, decidió ir hacia el pequeño departamento que Ryusei había decidido rentar después de salir de Blue Lock. Quería poder hablar con alguien sobre lo que estaba pasando, hablar con alguien a quien pudiera pedirle que guardara el secreto. Y aunque ese chico algunas veces era desesperante y tonto, también era alguien de confianza y que sabía muy bien guardar un secreto.
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– Rin, ¿Qué haces aquí?

– Hola, Ryusei.. -sonrió un poco- yo.. necesito hablar con alguien..

– Claro, pasa.. ¡Dime cómo te fue en tu luna de miel, quiero saberlo todo!

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⏰ Última actualización: Apr 01 ⏰

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