– Dios, eso fue maravilloso -entró a la casa que compartiría con su esposo y dejo la maleta en el suelo- nunca me imaginé que ir a un crucero sería tan genial. Fue como un sueño.
– Me alegra que te gustará, Rin. Todo lo hago por ti, para verte feliz. Porque te amo, Rin.
– Gracias Ryota. Yo también te amo -se acercó y lo abrazó del cuello- te amo demasiado. Me ayudaste tanto. Me has hecho sentir que estoy en un cuento de hadas.
– Bueno, eso es lo que quiero, Rin. Pero también debes entender que en los cuentos hay gente mala, que querrá separarnos. Pero no lo lograrán.
– ¿Ah? Dudo que alguien nos quiera separar. -le dió un beso en los labios- ya quiero ver a los chicos, hablar con ellos y platicarles como nos fue.
– Si, me imagino que quieres hacerlo Rin. Pero he pensado que es mejor que no los vuelvas a ver. Que te retires del fútbol. Para siempre.
– ¡¿Qué?! No, no puedo hacer eso.. ¿Por qué quieres que haga algo así?
– Es por tu bien, Rin. ¡No eres tan bueno como crees! No tienes el talento que se necesita.
– Pero tu dijiste que me admirabas, que te gustaba mi manera de jugar.
– Supongo que exagere un poco porque quería conquistarte. Pero ahora que eres mi esposo puedo ser honesto, Rin. Eres pésimo. Es obvio que el talento lo tiene tu hermano.
– ¡¿Me mentiste?! -se apartó de él- ¡¿Que rayos te pasa?!
– Baja la voz, Rin. No te mentí, solo decore un poco la verdad para hacerte sentir bien.
– No voy a dejar de jugar solo porque tú lo dices. Y tampoco me alejaré de mis amigos, Ryota.
– ¡¡Te odian, Rin!! ¿Acaso no lo vez? ¿Crees que van a quererte así como así después de como los trataste?
– ¡¡Cierra la boca!! ¡¿Qué demonios te pasa, Ryota?! Tu no.. no puedes..
– No vuelvas a levantarme la voz, Rin -se acercó a él y lo sujetó con fuerza del cabello- entiende una cosa, Itoshi Rin.. ahora eres mío, de nadie más. Y no puedes volver a ver a esos tipos.
– Nghhh sueltame.. ¡Me estás lastimando, idiota!
– Mide tus palabras, niño -lo soltó lanzandolo hacia la pared- ahora se bueno y obedece a tu esposo.
– ¡¡Pudrete!! No voy a hacer nada de eso. Y voy a ver a mis amigos justo ahora, y no vas a detenerme.
– Te lo advierto, Rin. Si cruzas esa puerta te vas a arrepentir.
– Correré el riesgo, querido.
Un fuerte y sonoro golpe cayó sobre su mejilla. Sintió como su pecho se hacía nudos, no podía creer que estuviera pasando eso. ¿Con que clase de monstruo se había casado? Se suponía que ese hombre era dulce, tierno, honesto y amoroso. Pero ahí estaba, mirándolo con furia mientras su mano bajaba nuevamente para dar un segundo golpe. Sus ojos se nublaron y en su rostro se dibujo el terror. Sintió la cálida sangre caer por la comisura de sus labios.
– ¡¡No vas a salir de esta casa Rin!! ¿No lo entiendes? Ahora me perteneces, eres mío.
– No.. yo no soy tuyo.. -tocó su labio- quiero ver a mis amigos. Debo disculparme con Isagi. Fui un idiota con él.
– Isagi, otra vez Isagi. ¡¡Me tienes harto con lo mismo!! -se agachó y lo sujeto del cabello- ¡¡Superalo, Rin, ese niño no te ama!!
– ¡¡Ya lo sé!! Ya se que no me ama.. pero es mi amigo y quiero que lo siga siendo.. solo déjame ir a hablar con ellos. Debo decirle a Loki que no volveré a los entrenamientos. Solo eso y prometo que no saldré de nuevo.
– Así no funcionan las cosas, Rin. No vas a salir con ellos. Simplemente dejaras de verlos, dejaras de ir y sabrán que no te interesa estar con ellos.
– ¡Van a odiarme, Ryota!
– Esa es la idea -lo soltó y se acercó más a él, lo sujeto de la barbilla- solo quiero que entiendas que el único que te ama y se preocupa por ti, soy yo, Rin. Eres lo mejor que me pasó, eres mío, solo mío. Se bueno, no me obligues a castigarte.
– ¡¡No soy tuyo!! -le escupió en el rostro y se levantó- ¡¡Maldito loco!! -caminó hacia la puerta y sintió como era sujetado nuevamente del cabello y jalado hacia atrás- nghhhh
– Eres un insolente, un mocoso grosero. Tendré que castigarte, Rin.
– ¡¡Sueltame!! -trato de zafarse- por favor, Ryota. No volveré a hacerlo. Sueltame por favor.
– Rin, creo que no nos divertimos lo suficiente en el crucero. -caminó hacia la habitación jalandolo con brusquedad del cabello- juguemos un rato.
– No.. mghhh no quiero. ¡No me toques! -intentaba soltarse del agarre en su cabello-
– Mientras más luches, más mal te irá, Rin.
– ¡¡Sueltame!! Por favor.. -las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas- por favor.. no quiero..
.
.
A algunos kilómetros de aquella casa, el azabache se encontraba nuevamente en un pequeño y deprimente bar. Había comenzado a beber un día después de la boda del peliverde. Se arrepentía tanto de haber sido un idiota, de haber dejado ir a Rin. De no decirle lo que sentía. Ahora era feliz, estaba con alguien que lo amaba y lo había perdido. Definitivamente era un imbecil.– ¿Otra vez aquí, Yoichi? -el rubio se acercó- Noa está preocupado por ti.
– ¡Pierdete, idiota! No quiero hablar contigo.
– Pues no me importa que no quieras, me vas a escuchar. -se sentó a su lado- ¡Eres un imbecil!
– Gracias por decirme lo obvio. ¿Que quieres?
– Quiero que sueltes eso y vayas a buscar a Itoshi ahora mismo.
– ¿Para que? ¿Para que lo vea siendo feliz con otro? ¿Para que vea como se besan en mis narices?
– Bueno, quizás si lo ves te des cuenta de lo imbecil que fuiste por dejarlo ir. Porque Dios, ese chico es increíble y te amaba. Y tú lo amabas, aún lo amas. ¿Por qué dejas que esto te detenga?
– ¡¡Esta casado, Kaiser!! No puedo solo llegar y decirle que se separe y me de una oportunidad.
– Claro que no, estúpido. Pero puedes ser su amigo, estar ahí para él. Y quizás las cosas se den en algún momento. Quizás ni siquiera ama a ese hombre y solo se casó por dolor.
– Ser su amigo -soltó un suspiro- claro, eso es tan fácil. Pierdete, Kaiser. No necesito tus consejos ni tú lástima.
– Bien, ahogate en alcohol como el fracasado que siempre supe que eras. -se levantó y comenzó a alejarse- pero perderás a alguien increíble por tus berrinches de niño.
– ¡¡Déjame en paz!! -apretó el vaso- eso.. eso lo sé..
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El peliverde bajó con cuidado de la cama y tomó su ropa. Se acercó al pequeño baño y entró a éste. Abrió la llave de la ducha y entro cuidadosamente bajo el chorro de agua. No podia entender cómo podía estar pasando eso. Cómo su cuento de hadas se estaba convirtiendo en una de esas películas de terror que tanto amaba. Solo que está película no era algo que le gustará. Cubrió su rostro y dejo que las lágrimas cayeran con desesperación por sus mejillas, perdiéndose entre las frías gotas de agua. Se sentía tan estúpido, tan torpe. Quería salir de ahí, quería correr a dónde ese hombre no lo encontrará. Nunca creyó decirlo, pero necesitaba ayuda. Necesitaba a sus amigos. Amigos a los que quizás no volvería a ver. Se dejó caer lentamente sentándose en el suelo. Sintiendo el ardor de aquellas marcas al rozar su piel.– Isagi.. ¿Por qué no me buscaste? ¿Por qué dejaste que hiciera esto? Te amaba.. te amo..
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Matrimonio
FanficDespués de un desplante por parte de Isagi, Rin decide darle la oportunidad a un admirador y comienza una relación con él, relación que pronto se convertiría en el peor infierno de su vida.