𝐀MARTE 𝐃UELE; bospa fanfic.

𝟏. 𝐈ncómodo avistamiento

Iztapalapa

Aunque es una costumbre rara, cada cierto tiempo, yo y mi hermano vamos a alguna plaza a comprar ropa y comer lo que nos guste; todo con un dinero ahorrado —Patrocinado por los domingos que nos dan mi tía, mi abuela y nuestra mamá, de vez en cuando también por Nandy—. Ayer en la noche, Salo rompió la alcancía y contamos el dinero, habíamos juntado una buena cantidad para repartirla entre los dos. 

Íbamos en el metro para llegar a la plaza, todas nos quedaban lejos, no había de otra.

— ¿Qué hacemos primero? —Pregunté

— Ay, ¿Y si mejor cada quién se va por su lado? 

— No manches Salo ¿Cómo crees? —Le dije algo obvio— La última vez que hicimos eso fue un relajo, casi me voy sin ti.

Salo hizo una mueca y asintió.

—Bueno, entonces pasamos los dos a las tiendas y cada quién se compra lo suyo, comemos por ahí ¿No? 

— Sip, llegamos a la casa como a las siete, antes.

Salo iba sentado y yo parado agarrándome del tubo de metal del metro, antes me dijo que si quería sentarme pero le dije que no. Tuvimos que pasar unas cuatro estaciones, transbordar en dos, lo normal.

Salimos del subterráneo y cruzamos algunas calles, para por fin llegar a la plaza de siempre. De siempre por que era esa a la que íbamos, no había otra que nos gustara; estaba grande, no había tanta gente y tenía muchas tiendas para todo.

Nos preguntábamos a cual tienda pasar primero, y después de unos dos o tres minutos decidimos nuestra ruta y fuimos de tienda en tienda. 

— Mira —Levanté un gancho con una camisa de cuadros de color menta, le llamé a Salo para que la viera. 

— ¡Ay Pepa! ¿Eso qué? —Me dijo sonriendo

— Ayy pues yo no me visto como cholo —Le seguí la broma y ambos reimos un poco.

Entonces, me sentí observado, fue incómodo pero no había a nadie que me estuviera viendo.

Raro, pero lo ignoré.

Salo se compró un pantalón y yo la camisa de cuadros, salimos y fuimos a la siguiente.

Me separé de Salo pues el quería ver otras cosas de la tienda, alejadas de lo que yo quería ver. Miré unas cosas en un perchero, moviendo los ganchos y en un hueco que dejé en el perchero ahí estaba él.

No por favor.

Hace poco, como hace una semana, acompañé a mi tía a las oficinas de su jefe Esteban Villa De Cortés, muy amable por cierto, pero no diría lo mismo de su hijo: Bosco.

A quién le rompí por accidente, algo muy valioso para el.

Y justamente era el a quién tenía casi frente a frente.

Nos miramos y ambos nos quedamos igual, paralizados del horror, aunque el más que yo.

Me fui de ahí, y con un tono casi inaudible dije:

— Permiso.

Me fui a buscar a Salo, lo vi y casi me choco con el.

— ¡Aguas Pepa!.. —Casi se tropieza— Ah oye mira —Me mostró una playera— Está chida ¿No? 

— Ah si.. —Le respondí mirando atrás mio— Está aquí.. —Añadí entre dientes.

— ¿Quién? A ver Pepa no te entiendo.

— ¡Bosco! El hijo del señor Villa De Cortés, me vio con unos ojos, ay dios..—Me cubrí la cara con ambas manos, con vergüenza.

— ¿Sabes qué? Déjame compro esto y nos vamos a otra tienda, a la que sigue no por que va a ser lo mismo, nos vamos a otra en el segundo piso si quieres. —Salo buscó una solución mientras me agarró del hombro, como tratando de tranquilizarme, yo solo asentí con la cabeza y lo esperé.

No tardó mucho en pagar y nos salimos de ahí para esperar el elevador y subir al segundo piso,—Lejos de Bosco— ya ahí, mientras subíamos me recargué en una de las paredes mirando arriba, algo fastidiado.

— Que incómodo.. 

— ¿Qué? 

— Lo de Bosco

 Mi humor bajó a sentirme incómodo y molesto. Ni siquiera ví si Bosco iba con algún acompañante como su hermana o algún amigo. No importaba por ahora.

Ambos hermanos Roble siguieron su camino, compras y demás con la mayor tanquilidad posible, comprando otras cosas, y antes de comer pasaron a una última tienda.

Continuará..

© _𝗮ndrefersx 𝟮𝟬𝟮𝟰