Huir -COMPLETO-

Capítulo 15: Beso de la Sala Común

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Harry Potter ni de ninguno de sus nombres, lugares, ideas, etc. Pertenecen a JK Rowling.

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Las siguientes semanas parecían pasar a un ritmo constante. Ana continuó sus lecciones y se estaba volviendo cada vez más cómoda con la realización de magia. Incluso se podría haber dicho que se estaba acostumbrando. Sin embargo, ayudó que practicara a menudo en su tiempo libre. Harry (por razones completamente egoístas, por supuesto) no estaba demasiado emocionado por esto, queriendo hacer algo pero trabajo escolar, pero él la ayudó junto con él cuando ella lo necesitaba de todos modos.

Harry se había mantenido callado con determinación sobre su cicatriz desde la noche en que casi lo había arrodillado en el pasillo. Ron y Ana intercambiaron miradas preocupadas sobre esto, pero fue Ana quien parecía la más preocupada. Ron se encogió de hombros después de un tiempo. No era nada nuevo para Harry, lo sabía, y si Harry no quería hablar de eso, no lo iba a empujar. Había estado pisando terreno sensible con él debido a Hermione de todos modos. Ella todavía se negó a hablar con Harry.

Ana, sin embargo, no podía encogerse de hombros tan fácilmente. Y esa sensación de frío no se había disipado con el tiempo. Ella estaba extremadamente preocupada por él.

Sin embargo, lo que Ana no sabía, y lo que Harry se negó a dejar mostrar de ninguna manera, era que todavía estaba muy preocupado por el incidente con su cicatriz. Había sido algo muy difícil de olvidar, de hecho. A veces se atrapaba a la deriva en clase, recordando el dolor abrasador que había sentido y la voz que había escuchado.

Voldemort.

Harry había escuchado su voz en su cabeza antes, eso era seguro, pero esta vez había sido realmente malo. Se preguntó qué significaba. Ya sea algo bueno o malo que la voz del Señor Oscuro se haya llenado de tanta furia. Le preocupaba, pero no quería expresárselo a nadie. Al menos de todo Ana.

Ella le había estado dando miradas preocupadas desde esa noche en el pasillo, y Harry podía decir que quería preguntarle al respecto, pero no tenía el valor. Fingió que nada andaba mal. Que era una ocurrencia completamente normal. Lo cual no era una mentira completa que supuso...

Pero Ana no fue engañada. Ella sabía que Harry estaba luchando internamente al respecto. La forma en que miraba al espacio a veces solo le decía que estaba reviviendo eso horrible momento fuera de la sala común. Ella había estado tan aterrorizada. La vista de Harry se desplomó sobre ella y Ron así, completamente indefenso....

Ella se estremeció solo de pensarlo.

Fue en un día ligeramente frío en octubre cuando Ana finalmente lo mencionó de nuevo. Era el fin de semana, y al no tener nada mejor que hacer, ambos se encontraron afuera debajo de su árbol habitual cerca del lago. Harry se puso de pie, saltando distraídamente rocas a través de la superficie vidriosa. Ana se sentó con la espalda contra el árbol, un libro apoyado sobre sus rodillas. Pero leer era lo último que tenía en mente en este momento.

Miró a Harry, la mirada preocupada regresando a sus ojos grises. Ella necesitaba preguntarle. Ella no podía soportar este estado constante de preguntarse si estaba o no bien. Si necesitaba hablar de eso o no. Así que, con un suspiro, se preparó y habló en voz baja.

"Harry?"

Harry arrojó su última roca y la vio saltar por la superficie, enviando círculos de ondas en todas direcciones. "Hmmm?" finalmente preguntó, volviéndose para enfrentarla.

Al ver su cara, pudo decir de inmediato que estaba luchando con algo. "Ana? Qué es?" preguntó, acercándose a ella.

Se mordió el labio y los ojos de Harry se sintieron atraídos por ellos. De repente tuvo dificultades para concentrarse en cualquier otra cosa. "No hagas eso", gimió en voz baja, apartando la cabeza.