Huir -COMPLETO-

Capítulo 21: Oscuridad

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Susurros. Murmullos rotos de incertidumbre y tristeza.

Harry sólo era distantemente consciente de su entorno. Su corazón sentía que estaba tratando de estallar de su pecho. Fue más allá del dolor, de lo que estaba sintiendo. Más allá de la tristeza...más allá de la angustia. Harry realmente no se sentía cualquier cosa. Si fuera posible estar muerto y todavía respirando al mismo tiempo, entonces esa sería la forma más cercana de describir su estado mientras se sentaba en la silla junto a la forma que no respondía de Ana.

Sus ojos, opacos a un verde musgoso, estaban pegados a su estómago. Se levantó casi imperceptiblemente con cada pequeño aliento que tomó. Se negó a apartar la mirada de ella, temiendo que si lo hacía, le devolviera la mirada para descubrir que su pecho ya no se levantaba y caía.

Esto era un infierno, y él estaba en él.

No se había movido ni una pulgada. La insistencia de Pomfrey no fue suficiente para convencer a Harry de que la dejara. Ni siquiera el propio Dumbledore podía mantener a Harry alejado, aunque el mago mayor no lo había intentado exactamente. De alguna manera, Harry sabía que el Director entendía que necesitaba estar con ella. Que sería inútil sacarlo de su vigilante guardia junto a su cama en el sombrío ala del Hospital.

No importa el hecho de que Harry no había dicho una palabra desde que había llegado con una Ana cojeada e insensible en sus brazos. No había permitido que nadie más se acercara a ella. Sirius había sido el único que pudo convencer a Harry de que incluso se alejara de ella el tiempo suficiente para que Madam Pomfrey pudiera hacer su trabajo.

Pero eso había sido hace horas. Ahora...ahora aquí estaba, encorvado hacia adelante, con los ojos mirando suavemente la forma de Ana. Las lágrimas secas hicieron que las mejillas de Harry se sintieran rígidas. Su corazón acechaba y su estómago se volvió de nuevo.

Estaba tan pálida que apenas estaba allí.

Como un fantasma, ella yacía allí en la cama, rivalizando con las sábanas almidonadas en blancura. Una vez más, le transmitieron susurros. Había perdido su capacidad de preocuparse por cualquier cosa, se sentía tan entumecido. Pero se encontró escuchando de todos modos.

"...No puedo garantizar nada, Albus." La voz acosada de Pomfrey susurró. "Incluso si ella sobrevivió al viaje a St. Mungo's, dudo que puedan hacer algo que aún no haya hecho. Ella acaba de perder tanta sangre..."

"Entiendo, Poppy."

"Albus, el joven...él necesita ser visto. ¡Solo míralo! Parece la muerte misma, sin mencionar cómo ha estado actuando. Irrumpir aquí como un bárbaro, cubierto de sangre. Y ahora no escuchará una palabra que digo, ¡ni una palabra! Creo que al menos necesito darle un poco de poción para dormir...no se ha movido ni una pulgada—"

Harry sintonizó, bloqueando los sonidos silenciosos de su conciencia, sin importarle qué más tenía que decir la enfermera. Ya lo había escuchado de todos modos.

Poción para dormir. La idea era casi humorística, era tan ridícula. Como si algo como el sueño le importara en este momento. Además, no era como si sucumbir a su agotamiento—, tanto mental como físico, proporcionara un escape del infierno que estaba sufriendo actualmente. Las pesadillas que seguramente tendría probablemente serían incluso peores que sentarse allí junto a la forma pálida de Ana. Al menos ahora, cuando estaba despierto, podía mantener conscientemente la imagen de ella siendo golpeada por el hechizo en el bosque desde su mente. Podía alejar el recuerdo de cómo parecía caer a la dura tierra en cámara lenta...cómo el grito de dolor había arrancado de sus pulmones cuando sus ojos finalmente se cerraron...enciérralo en los rincones más profundos de su mente y tira la llave.