One shots, pequeños relatos y headcanons sobre los personajes de Brawl Stars.
⚠︎ Los personajes no me pertenecen, créditos a Supercell.
⚠︎ Actualizaciones lentas.
⚠︎ Todas las imágenes y videos que aparecen no son de mi autoría, créditos a sus respe...
☼︎Esmalte de uñas ☼︎[M4F] ☼︎Sí, la película que Fang le pide a Buster en el escenario anterior es una recomendación mía. ☼︎Es algo corto pero en verdad quería escribir esto. (≧▽≦)
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El chico de prendas oscuras estaba saliendo de la tienda de regalos de Starr Park a punto de disfrutar su miserable descanso de 15 minutos que el tacaño Griff le concedió.
Recientemente su jefe había cedido con la condición de que tenía que lidiar con Colette cada que se emocionara de más cuando Spike pasaba por ahí. Era un fastidio tener que ser la niñera de esa chica loca pero lo valía si podía descansar un poco.
No muy lejos de la tienda se podía ver a una chica con prendas coloridas, particularmente el rosa dominando su conjunto, el chico con bufanda inmediatamente la identificó como su querida novia.
—¡Hola Ed! —se acerca la chica y lo saluda agitando su mano.
Edgar por un momento se pregunta como es que su novia supo sobre su descanso de 15 minutos, tal vez debería agradecerle a Colette por informarle a su novia con un mensaje de texto. O simplemente hacer como si fuera obra del destino que su preciada novia estuviera ahí subiendo sus ánimos radicalmente.
—Hola linda —dice de manera suave, inconscientemente se relaja al estar cerca de ella.
—Supe que Griff al fin te dio un descanso —dice de manera animada, ella más que nadie sabe el sufrimiento que su novio pasa al trabajar ahí —. Te traje unas galletas para disfrutar tu descanso.
El chico con bufanda abre los ojos un poco asombrado y no puede evitar esa pequeña sonrisa que dejó salir —Gracias, cielo.
Los dos enamorados de sientan en la banqueta enfrente de la tienda y empiezan a comer las galletas que la chica cuidadosamente preparó, pensaba dárselos cuando él llegara de trabajar pero el aviso de Colette le dio una oportunidad perfecta para disfrutar de las galletas caseras con su novio.
—Son realmente deliciosas... Gracias —menciona esto último en voz baja, a Edgar aún se le dificulta expresar sus sentimientos a su novia pero haría un esfuerzo para mostrarle cuánto la quiere.
Y pensando en eso el chico recuerda algo que ayer compró pensando en ella, mete su mano en el bolsillo de su pantalón para sacar el regalo.
Del bolsillo sale un esmalte para uñas de color rosa traslúcido y se lo entrega a la chica.
—Toma, lo encontré por ahí —mentira, estuvo buscando entre miles de esmaltes rosas para decidir cual le gustaría más.
La chica, asombrada por ese gesto tomó el esmalte con entusiasmo, dándose cuenta de que el color combina perfectamente con el atuendo que tiene y con varias prendas que tiene guardadas. En ese momento pensó que no era casualidad y que su novio eligió el esmalte basándose en su atenta observación hacia ella, lo que la emocionó más.
—¡Gracias! El esmalte es muy bonito —dijo mientras veía el esmalte y entonces dijo —, ¿Me ayudas a pintarme las uñas?
El chico la miró algo sorprendido, no pensó que ella le pidiera algo así y ante la mirada de este la chica decidió detallar más.
—Yo no suelo pintar mis uñas porque las muerdo y quedan horribles pero quiero estrenar tu regalo —dijo con una pizca de timidez —, y veo que tú siempre tienes las uñas pintadas de negro entonces pensé que tal vez podrías enseñarme, por favor.
Ver ese rostro tímido pidiendo que le pinte las uñas fue suficiente para que sus mejillas mostraran un pálido enrojecimiento y que extendiera la mano en señal de que le entregue el esmalte, cosa que la chica hizo feliz.
—Está bien, solo quédate quieta —el chico abrió el pequeño frasco y expuso su mano izquierda para que la primera mano de la chica se apoyara en ella y empezar a pintar sus uñas.
Ésta observó atentamente como es que su novio concentrado colocaba el esmalte de manera delicada en sus uñas tratando de no manchar sus dedos, sonrío encantada por la persona que tenía como pareja. Y para hacer más ameno el momento decidió contarle pequeñas anécdotas que le ocurrieron a ella o a otros conocidos brawlers que logró ver antes de encontrarse con Edgar.
El momento era armonioso, ambos comían una que otra galleta en el proceso, pero el chico se enfocaba en escuchar a su amada mientras pintaba sus uñas con cuidado y ella lo entretenía con las historias comunes que le sucedían pero que Edgar estaba contento de escuchar y comentaba de vez en cuando.
Pero no todo es para siempre y el descanso de ese trabajador explotado había terminado, él estaría con ella aún más tiempo de no ser porque la caja registradora andante salió de la tienda para llamarlo.
—¡Edgar tu descanso terminó! Regresa a trabajar ahora, Colette desapareció otra vez y no hay nadie atendiendo.
—Uh Ed, será mejor que vayas —le dijo la chica con una gota en la sien.
—Acabé —dijo mientras terminaba de pintar el meñique de la última mano —. Nos vemos luego, cielo.
El chico le dio un beso al dorso de su mano con suavidad antes de pararse y regresar a la cárcel llamada trabajo.
—Te esperaré en el arcade —la chica lo invitó mientras se despedía y se iba.
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