Volumen 1: Prólogo

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No recuerdo cuando había sido la última vez que tenía el tiempo libre para dar un paseo por la ciudad, creo estar segura de que han pasado décadas desde la última vez que fui capaz de salir de estas cuatro paredes del Pabellón que se encontraba detrás de mí.

Lastimosamente, no era un día feliz, el miedo recorría mi cuerpo; la lluvia que caía sobre la ciudad convertía esa infelicidad en algo tétrico para a mi pesar. Bajo este pequeño paraguas era capaz de mantener mi cuerpo intacto, pero el frío, era imposible no tocara mi piel.

Salir del Pabellón, quería ver... quería presenciar el cambio en las personas en estas décadas de aislamiento, tal vez, solo tal vez algo había cambiado de aquel día.

-"¡S-Señor, lo siento mucho! ¡No era mi intención!"

Musitaba una pequeña yo con un mercader con el que había intentando realizar un simple acto de buena fe.

-"¡Aléjate de mí bestia! ¡¿Cuántas veces debo decirte que no intentes ayudarme?!"

Inmediatamente a esas duras y crueles palabras no pude responder algo que pudiera rectificar mis actos, tenía miedo de la persona que me estaba odiando de todo corazón, no era un bestia, ni tampoco podía considerarme a mí misma una humana.

-"¡¿Qué no me escuchaste?! ¡Largo!"

Sentí el fuerte golpe de su puño contra mi cabeza. Lloraba en silencio mientras el mercader aún enojado se alejaba de mi lugar, mi mirada poco a poco se desviaba hacia otras personas que rondaban el lugar, era una plaza abierta después de todo.

Todo era visible por todos.

Murmuros y miradas extrañas eran puestas sobre mí. Nadie quería ayudarme, era evidente que no me querían ahí, incluso los niños como yo se burlaban. No, no era como ellos, yo no era una niña, no era una humana, no era nada más que un bestia iluminada.

No podía hacer más que llorar mientras era la burla de los niños, por más que rogaba, no paraban. Lo peor fue sentir como mis cuernos eran maltratados por sus manos. Sentía que se iban a romper.

¿Por qué me hacían esto? ¿Por qué era la burla? ¿Por qué me consideraban una bestia?

Yo solo quería formar parte de ellos.

Preservadora de las Nubes, mi maestra me había rescatado del dolor. Recuerdo seguir llorando sobre su lomo. Ella no decía nada, tan solo me alejaba del lugar hasta nuestro hogar. Después de todo, fue mi culpa por haberme escapado y querer interactuar otra vez con la personas, quería sentirme parte de ellos.

Fui muy inocente creer que sucedería como quería.

-"¿Por qué me odian tanto? ¿Por qué tuve que nacer así?"

No tenía respuesta de Preservadora. Seguramente ella tampoco sabía la respuesta. Era una mezcla entre humano y Adeptus, era diferente, no pertenecía a ambos mundos.

Y aquí estoy. Bajo la lluvia y el oscuro cielo recordando la última vez que intente formar parte de ellos. Aunque en estos quinientos años las cosas cambiaron, los humanos veneraban con más dedicación a los Adeptus...

Yo no podía ser considerada una.

Las miradas durante esta caminata no se fijaban en mí. No era objeto de burla, no era cuestionada por ser vista con mis cuernos. Simplemente era como un fantasma al que no tenía miedo alguno.

Escuchaba voces intentando comunicarse conmigo, o solo tal vez era mi imaginación. Mi mirada estaba fija únicamente en seguir mis propios pasos ignorando lo que había a mi alrededor.

Esta era yo, la semi-humana que firmo un contrato tras la guerra, dando mi fuerza y mis conocimientos para que la vida humana prospere.

-"A veces desearía... poder formar parte de algo o que alguien me diera esa oportunidad." musite dejando que un poco de la lluvia tocara mi rostro.

-"¿Habrá alguien así? No... No lo hay, no hay nada que cambie lo que soy. No tengo lugar entre humanos y Adeptus, pero aún así..."

Con ese pensamiento había llegado al embarcadero, el olor y la brisa eran completamente nuevos para mí, creo que tal vez encontré algo a lo cual podía aferrarme para no sentirme tan sola y triste.

-"Una Adeptus sin poder para serlo con pensamientos equívocos, y una humana incapaz de ser vista por otros como una."

No. El sentimiento seguía siendo el mismo, pero al menos podía sentir una pequeña sonrisa formarse en mi rostro mientras el cielo a lo lejos comenzaba a despejarse para mi deleite.

¿Tendré la ocasión de volver a sentir esto en otro momento?

Al menos por ahora, debía volver al trabajo. Era lo mejor que podía hacer con esta vida que me tocó tener.

-"Cierto, ese viajero. Debo terminar sus papeles para Lady Ningguang, no sé que tendrá de especial para ella, pero sí Lady Ningguang lo requiere, debe ser así." Murmuré pensativa en mis actividades.

Tenía un largo camino hacia el Pabellón nuevamente.

-"Aether... que nombre tan peculiar."

Sinae Unicornis - Aether x Ganyu (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora