El túnel resonaba con un silencio pesado mientras Astaroth yacía inmóvil en el suelo, su cuerpo luchando por sobrevivir después de la intensa evolución que había enfrentado. Amanda y el Vampiro del Sol observaban con ansiedad, esperando ver señales de vida en el frágil cuerpo de Astaroth.
De repente, Astaroth abrió los ojos, su mirada brillando con una intensidad que parecía provenir de un lugar más allá de la realidad. Se puso de pie lentamente, sus movimientos rígidos y torpes mientras luchaba por recuperar su fuerza.
Astaroth: (con voz ronca) ¿Qué... qué ha pasado?
Amanda se apresuró a su lado, sus ojos llenos de alivio al verlo consciente una vez más.
Amanda: Has sobrevivido, Astaroth. Estás bien.
Vampiro del Sol: (con asombro) Has evolucionado a un nivel que ningún vampiro ha alcanzado antes. Eres el Vampiro de las Dos Lunas Sangrientas.
Astaroth miró sus manos con incredulidad, asimilando lentamente la magnitud de lo que acababa de ocurrir. Sin embargo, su asombro se vio interrumpido por la presencia del Vampiro del Sol, quien lo observaba con una mezcla de respeto y desafío.
Vampiro del Sol: (con seriedad) Has demostrado ser digno de tu título, pero aún no has alcanzado tu pleno potencial.
Astaroth: (con determinación) No me detendré hasta alcanzar mi verdadero poder.
Con un rugido desafiante, Astaroth se lanzó hacia el Vampiro del Sol, su nueva forma resonando con una energía oscura y poderosa. La batalla que siguió fue épica, con los dos vampiros enfrentándose en un duelo de fuerza y habilidad que sacudió los cimientos de la caverna.
Amanda observaba con horror y fascinación mientras los dos combatientes intercambiaban golpes y poderes, cada uno decidido a salir victorioso. Sin embargo, a medida que la batalla se intensificaba, Amanda sintió una profunda sensación de malestar en el fondo de su ser, una voz interior que le decía que algo no estaba bien.
Amanda: (gritando) ¡Detente, Astaroth! ¡No tienes que hacer esto!
Pero sus palabras cayeron en oídos sordos mientras Astaroth y el Vampiro del Sol continuaban su feroz enfrentamiento. Con cada golpe, la caverna temblaba y se sacudía, amenazando con derrumbarse sobre ellos en cualquier momento.
Desesperada por detener la violencia, Amanda se lanzó entre los dos combatientes, su voz resonando con autoridad y determinación.
Amanda: (con voz firme) ¡Basta! ¡No más derramamiento de sangre!
Astaroth se detuvo abruptamente, su mirada perdida entre la oscuridad que lo rodeaba. Por un momento, pareció vacilar, como si estuviera luchando contra una fuerza invisible que lo mantenía cautivo en su propia oscuridad.
Entonces, lentamente, sus ojos recobraron el brillo de la humanidad, y se apartó del Vampiro del Sol, su expresión llena de confusión y arrepentimiento.
Astaroth: (susurrando) ¿Qué... qué he hecho?
Amanda se acercó a él con ternura, su corazón lleno de compasión por el vampiro que amaba.
Amanda: (suavemente) Estás bien, Astaroth. Has vuelto.
El Vampiro del Sol observaba la escena con una mezcla de asombro y admiración, reconociendo la fuerza y el coraje de Amanda al detener la batalla antes de que fuera demasiado tarde.
Vampiro del Sol: (con respeto) Has demostrado ser una verdadera protectora de la luz en medio de la oscuridad, Amanda. Te lo debo a ti y a Astaroth mi gratitud.
Astaroth asintió con gratitud, su mirada llena de determinación mientras se preparaba para enfrentar el próximo capítulo de su aventura. Aunque había alcanzado nuevas alturas de poder, sabía que su verdadero desafío estaba en encontrar el equilibrio entre la luz y la oscuridad que yacía dentro de él.
Con Amanda a su lado y el apoyo del Vampiro del Sol, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara en su búsqueda de los artefactos antiguos y la redención que tanto anhelaba.
Y así, con el corazón lleno de esperanza y determinación, el trío continuó su viaje hacia lo desconocido, sabiendo que, juntos, eran más fuertes que cualquier adversidad que pudiera interponerse en su camino.
El futuro era incierto, pero con su vínculo fortalecido por la adversidad y el amor, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara en su búsqueda de la verdad y la redención.
Amanda: Continuemos nuestro camino por el túnel pero con mucho cuidado
Vampiro del Sol: Después de esa intensa batalla mi energía se ha acabado y debemos esperar a mañana
Astaroth: Lamento lo que pasó. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?
Vampiro del Sol: Mi nombre es Phoenix, que significa Fénix en español.
Astaroth: Está bien, en serio perdón
Phoenix: No pasa nada, pero eres muy fuerte. Si Amanda no te hubiese detenido hubieses terminado con mi vida. Nunca había luchado contra un ser tan poderoso como lo eres tú
Astaroth: Gracias por tus elogios
Amanda: Entonces nos quedaremos aquí hasta que recuperemos las fuerzas. Yo también tengo sed y hambre
Astaroth: Buscaré alguna parte del bosque, como alguna fruta o algo
Astaroth sale del Túnel en búsqueda de algún alimento y agua para Amanda mientras tanto Amanda y Phoenix conversaban sobre él
Phoenix: Se ha vuelto muy peligroso. Incluso me da miedo
Amanda: Sé que dentro de toda esa furia está el vampiro bueno que conocí
Phoenix: Aún así yo le temería, es demasiado fuerte, puede ser el sujeto más fuerte de todo el planeta y probablemente el universo
De repente Astaroth llega con algunas manzanas y uvas
Astaroth: ¿Hablaban de mí cierto? Entiendo que soy un peligro para ustedes pero haré todo lo posible por controlarme
Amanda: No eres un peligro para mí
Phoenix: Lo siento pero es que eres demasiado fuerte, tu nivel de energía es muy alto
Astaroth: Está bien, no importa
Amanda: Gracias por las frutas
Astaroth le da las frutas a Amanda y le acaricia el rostro
Astaroth: Las uvas son para calmar un poco tu sed y las manzanas para que se te quite el hambre, sé que no es mucho pero es lo que pude conseguir para ti.
Amanda: Muchas gracias mi amor, te amo mucho
Amanda abraza a Astaroth y lo besa consiguiendo un ambiente romántico y conmovedor
ESTÁS LEYENDO
Viviendo entre Humanos
Vampiro¿Vivir día tras día alimentandote de tus presas para poder vivir es algo aburrido no? Imagina que algún día te encariñas con una de estas presas Así le pasó a Astaroth en el momento en que menos esperaba