Annabeth

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Aquella noche habían sucedido muchas cosas,  aún no podía creer que yo,  un tipo  de ciudad,  se había enfrentado a ladrones de ganado y había salido victorioso. 

Luego del escándalo que había armado los señores Chase salieron de su casa con una escopeta en mano, pero no puedo vanagloriarme, Pues los sujetos que intentaban robar las cabezas de ganado no era más Hermes y su hijo Luke,  fue muy difícil vencer a Luke una pelea cuerpo a cuerpo alumno lo logré,  su padre fue una cosa completamente diferente. Pronto el sonido de la noche se vio invadido por la sirena de la patrulla, y fueron detenidos ahí mismo. 

Siendo casi las 2 de la madrugada regresé a mi cama,  los agentes habían tomado mi declaración y los señores Chase habían tenido que ir a la comisaría,  pues ellos habían sido los más afectados de los robos,  la adrenalina aún  corría por mi  mientras observa de la habitación,  salgo de mi ensoñación al escuchar como alguien toca la puerta. 

—  Hola— dice Annabeth al verme aún despierto.

— Annabeth, ¿Qué haces aquí a esta hora? —  pregunté

—  Yo solo quería venir a darte las gracias, este día no solo me salvaste a mí  de un idiota,  sino salvaste a mi familia de caer en la ruina, y también salvaste los empleos de Carl y Olga—  dijo un poco tímida.

—¿ Quieres pasar? — le pregunté sin saber muy bien lo que hacía. 

Ella sintió  y pasó,  mi el cuarto que me habían asignado sus padres —Estoy segura que después de lo que hiciste por nosotros mis padres te darán la mejor habitación que tengan en la casa —  comentó  a modo de broma. 

Nos quedamos en silencio luego de ese comentario, la verdad no sabía muy bien qué decir en ese momento,  la chica con la que haya fantaseado horas atrás se encontraba en mi habitación,  claramente no iba  a intentar nada con ella, seguramente ella solo se encontraba  alterada por todo lo que había sucedido este día.

— ¿Por qué no me persigues cómo los otros hombres? — preguntó curiosamente.

— No soy el tipo de hombre que después de la negativa sigue insistiendo,  Además de que tengo una muy mala experiencia así que realmente no estoy interesado en perseguir a nadie— respondí estoy seguro de que Annabeth,  pero lo último que ella necesita es estar con alguien como yo. 

Ella solo asintió mirando a sus pies— Entonces creo que mejor me voy—  caminando hasta quedar frente a mí—  realmente agradezco lo que hiciste el día de hoy—  comentó antes de darme un abrazo. 

Sin pensarlo demasiado mis brazos se aferraron a su cintura,  mi corazón latía rápidamente, duramos así lo que aparecieron minutos, Al momento  de separarnos nuestras  miradas  se cruzaron,  instintivamente miré a sus labios,  seguían luciendo tan jugosos com la vez en el río, mi raciocinio se negó a acudir a mi llamado,  tenerla a ella pegada a mí,  mis brazos rodeándola, y  esos labios esperando por mí. 

Lentamente me acerqué a ella, corté los centímetros que nos separaban,  sus labios me  recibieron sin objeción, podía sentir cada parte de mi piel temblando ante su toque, y es que ¿en qué momento Annabeth había empezado a tener el poder de hacerme sentir de esta forma?, me aferré con más fuerza su cintura,  no quería que este beso se acabara nunca,  iba a ser tatuado de por vida en mi memoria.  Abrí la palma de mis manos lo más que pude para tocar cada lugar de su espalda. 

Ella cortó el beso en ese momento, en ese instante puedo ver la profundidad de su mirada,  ella me da una pequeña sonrisa que hace que mi corazón de un vuelco;  quita las manos de mi cuello para acariciar mi rostro, no tengo la misma idea de lo que está sucediendo en este momento entre nosotros tampoco me voy a detener a averiguarlo,  por lo menos no ahora. Rápidamente en tierra sus manos mi cabello y jala mi cabeza a  las suya,  nuestros labios vuelven a conectarse de una forma explosiva.  El beso de hace rato fue completamente reemplazado por uno más pasional. 

CATCHING THE SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora