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— Entonces... ¿Cómo te ha ido? — preguntó Lucifer mientras subían por unas escaleras.

—Es curioso que me pregunte eso después de lo que acaba de hacer allá abajo.—Contesto sin voltearlo a ver.

—¡¿Lo que yo hice?! —exclamó Lucifer, claramente ofendido.

— Baje la voz, su hija está aquí —ordenó, tratando de mantener la calma.

—Oh, por favor ¿Puedes dejar ese tono conmigo? —susurró Lucifer, lanzando una mirada de enojo a Alastor—. Hasta hace unos años me llamabas "Luci".

Alastor mantuvo su compostura, no iba a caer en sus provocaciones, ya había lidiado con eso hace años. —¿Me puede decir cuál es el punto de esta conversación?

—Me hiciste quedar como un idiota allá abajo —protestó Lucifer, dejando ver su molestia.

— Pues no me costó trabajo.

—¿Ahora me insultas? 

—No sea melodramático.

— Se llaman sentimientos, pero a ti qué te digo —dijo Lucifer con sarcasmo.

 —¿Disculpe?—Le devolvió la mirada con el ceño fruncido.

—¡Papá, ya casi llegamos!—grito Charlie desde más arriba mirando sobre su hombro.

—¡Claro, cariño, estoy emocionado!—respondió con una sonrisa falsa. Una vez que Charlie se volteó, volvió a mirar a Alastor—No recordaba que este lugar tuviera tantas escaleras.

—Y yo no recordaba que tuviera un retrato de su ex esposa.

Lucifer abrió los ojos sorprendido, sintiendo cómo el aire le empezaba a faltar. ¿Un cuadro de Lilith? No recordaba haberlo puesto ahí. Conservaba algunos cuadros de Lilith, pero estos estaban guardados en un lugar apartado de su castillo, reservados para Charlie. No tenía necesidad de tenerlos a la vista, ni en su castillo ni en este hotel. Entonces, ¿de dónde había salido ese?

—Charlie—susurró, recordando unos en específico que a su hija le encantaba mirar y que no había visto en mucho tiempo. Al menos el tema de aumentar la seguridad del castillo estaba resulto.

—Ya me hacía la idea —respondió Alastor, suspirando—. Lo mejor será continuar esta conversación otro día, majestad.

Dio un leve empujón con su micrófono a Lucifer cuando llegaron al último escalón.

—Charlie nos está esperando.

— ¡Papá! — Charlie lo llamó emocionada de empezar a mostrarle el lugar. Lucifer le dio una sonrisa forzada antes de avanzar.

Ahí empezaba una larga tortura.

No le resultaba molestoso acompañar a su esposo y su hija en un paseo. De hecho, si le hubieran dicho hace una semana que volvería a ver a su familia completa, habría estado encantado. Sin embargo, el problema residía en que su esposo ya no era su esposo, su hija aún mantenía su distancia y tenía la incómoda sensación de haberse equivocado con el nombre de Maggie.

Había deseado experimentar ese encuentro bajo diferentes circunstancias. Tal vez en la comodidad de su castillo, con Charlie y Alastor abrazándolo, decorando patitos y un delicioso olor a jambalaya casera que no probaba desde hacía lo que le parecían siglos.

Puede que haya pasado tiempo pero aun recordaba el sabor de la comida de Alastor. Lástima que ninguno de sus cocineros era capaz de replicar la receta de la mamá de Alastor. 

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⏰ Última actualización: Apr 07 ⏰

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