siete

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João.

—JODER.— ME LEVANTÉ CON LA respiración acelerada.

Otra pesadilla. Con esta llevaba tres en menos de una semana.

No sé qué me estaba pasando, pero por algún motivo no podía quitármela de la cabeza. Cerraba los ojos y ella aparecía ahí, delante de mi, engañándome una y otra vez con varios chicos distintos, riéndose de mi en mi cara. Tal como había hecho en las tres últimas noches, volví a levantarme desconcertado, sintiendo un fuerte dolor en la cabeza. Tenía los ojos abiertos, y miraba hacia el techo, intentando no acordarme de aquello otra vez, pero era en vano. El recuerdo se repetía constantemente en mi memoria.

—No me lo puedo creer.

—João no es lo que piensas. ¡Lo juro!

—Eres increíble, Ana. Vete a la mierda.

—No, por favor, esper-

—Déjame, lo nuestro se ha acabado.

Me di cuenta de que estaba sudando. Me pasé las manos por el pelo intentando regular mi respiración. Recordé unos ejercicios que me había mandado mi psicólogo, así que eso hice, inspirar y expirar con calma.

Cuando por fin me tranquilicé, quise salir de la cama y bajar a desayunar, pero el ruido de mi teléfono me sobresaltó.

Primer micro infarto de la mañana, a ver cuantos mas vienen hoy. Tomé rápidamente el móvil de encima de mi mesita de noche, casi tirando un vaso de agua por el camino.

—¿Sssí?— pregunté entre bostezos.

—Holiii.— dijo una voz conocida, demasiado alegre para mi gusto.

—¿Nicola?— pregunté.

No sé ni porqué dije eso, tal vez porque deseaba que fuera ella quien llamara para poder así olvidarme de Anna.

—Emm... no.— respondió la voz, algo incómoda.

—Oh.— probé suerte de nuevo— ¿Sara?

—Casi. Soy Nessa.

—Oh... Nessa.— asentí, rascándome el abdomen antes de levantarme, para después caminar descalzo por el pasillo— ¿Qué sucede? ¿Va todo bien?

—Sí, ¿me abres?

—¿Eh?— pregunté, pero ya había colgado— Que raro.— musité, pero enseguida lo comprendí todo.

El timbre sonó y me acerqué a la puerta, que al estar hecha de un vidrio translúcido, me permitió ver quien había al otro lado de ella. Dos hombres.

—¿Hola?— pregunté confundido al abrir la
puerta, algo cegado por la luz del sol.

—Buenos diaaas.— Nessa sonrió, muy alegre— Adelante, por favor.— dijo, y tuve que hacerme a un lado para que pudiesen pasar tres o cuatro hombres que cargaban varias cajas.

—¿Cómo?— pregunté al ver como un grupo de desconocidos allanaba mi casa. Miré a Nessa furioso. Cualquier pizca de sueño había desparecido— ¿Me puedes explicar todo esto?

—Creo que es obvio.— se encogió de hombros— Me mudo contigo.

No puede ser.

— [ 📄 ] —

—¡Antonio, joder!— exclamé hecho una furia.

Abajo, en una de las habitaciones de la planta baja, Nessa estaba instalando una cama, un armario y un par de muebles más con ayuda de unos hombres a los que no había visto en mi vida.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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