꒰Cigarretes ꒱

[Trauma Encarnado]

{N's perspective}

Después de varias horas, finalmente llegué a casa. A pesar de que mi jornada había sido difícil y aunque mi trabajo era bien remunerado, no contaba con grandes beneficios. Aún así, me sentía animado al regresar a casa, ansioso por tener a mi novia entre mis brazos mientras compartíamos un postre o algo por el estilo.

Tomé mis llaves para abrir la puerta, giré la perilla y comencé a caminar dentro de mi vivienda, extrañado de no escuchar un solo sonido ¿Estaba durmiendo o algo? Sería lo más posible.

Pero antes de ir a verla tendría que lavarme las manos, pues estaban llenas de residuos de sustancias de dudosa procedencia, además de que apestaban a pólvora.

Desagradable fue mi sorpresa al encontrar la respuesta a mi anterior duda.

Ella no estaba dormida.

Encontré a Uzi en el suelo del estrecho baño, sostenido en sus delicadas manos el tarro de pastillas blancas e insípidas, lágrimas secas en sus mejillas acompañadas de un semblante descontento.

Sumándole un charco de sangre que por un descuido casi piso, algo que de ser sincero no me hubiera importado mucho.

Al acercarme a ella no noté saliva en sus labios, ni vómito, no parecía haber convulcionado, pero su pulso era increiblemente bajo.

Mis manos sudaban y estaba al borde del llanto, me dediqué a llamar al "911" rápidamente contestaron mi llamada.

-Novecientos once... ¿Cuál es su motivo de llamada?-

-Mi novia... Se desmayó, hay sangre y... No lo se, bajo pulso ¡Vengan rápido, porfavor!-

Imploré a la que llamaba por teléfono, mientras ella me confirmaba yo hacia todo lo posible por arrastrarla al sillón. Para que estuviera lo más cómoda posible sin importar la situación.

Al momento de colgar la llamada corrí como loco por mi casa, escondiendo los restos de los cuerpos que solía comer, los guardé en el refrigerador, simulando que eran chuletas de cerdo y costillas del mismo, además de las drogas qué manejaba, las metí en una caja de pastillas para el dolor muscular.

Me rocíe un perfume muy fuerte para disimular el olor a pólvora, cambié mi ropa y me senté en el suelo, apoyando mi cabeza en su estómago, mirándola lleno de impotencia.

-¿Cómo pasó esto?..-

A los pocos minutos finalmente llegó la ambulancia, la pusieron en una camilla para transportarla, lo hicieron con cuidado, tuve que subir, solo sostuve su mano con cuidado.

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{Punto de vista del paramédico}

Recibimos a una muchacha en estado grave, parecía llevar horas asi, tenia una mirada triste, llena de dolor, a su lado su pareja.

Algo en ellos se me hizo conocido ¿¡No era ella la que tuvo un aborto en el juicio de su pareja canibal? Rápidamente identifiqué al otro tipo, era su pareja, realmente... ¿Estaba en el mismo transporte que un canibal?

Mientras temblaba de miedo la chica se despertó muy confundida.

-¿Dónde estoy?..-

Preguntó ella bastante desorientada, palida y con poco sentido de la situación.

-Mi amor... Vamos en la ambulancia de camino al hospital, vas a estar bien ¿Okay?-